La columna del director
Me ha tocado
escribir esta columna en un estado de
inmovilidad parcial. Hace más de un mes permanezco en reposo debido
a una fuerte
crisis de sacro lumbalgia. Esta
inactividad me hace pensar,
con frecuencia, en
la dicha de poder
movernos. Es muy
cierto que nadie valora en
su justa medida lo que tiene hasta que lo pierde.
¡Qué maravilloso es el
acto de caminar!,
y apenas reparamos en ello. Ir y
venir, cumpliendo nuestros deseos,
tiene un valor
incalculable, sobre todo
si nuestro andar es en la senda
del bien. Mejor aún, si a dondequiera
que vamos llevamos
la Palabra de vida,
la verdad de Dios,
el Evangelio de salvación.
Como dice la Escritura: “¡Cuán hermosos
son sobre los montes los pies del
que trae alegres nuevas, del que anuncia
la paz, del que trae nuevas del
bien, del que
publica salvación, del que dice a Sion: ¡Tu Dios reina!” (Is. 52:7).
Definitivamente, el
cristiano que no colabora con la obra de evangelización, está
muriendo. No quiero decir que en el cuerpo de Cristo todos seamos evangelistas, sino
que, de alguna
manera, todos tenemos que
cooperar con esa tarea. Es una responsabilidad que pesa sobre cada uno
de los hijos
de luz: unos la apoyan cantando,
otros haciendo milagros, otros
llevando sanidad, otros
instruyendo, otros levantando los templos… pero en conjunto, esa variedad tiene solo un propósito: dar a conocer
el amor del Padre Celestial. Nuestros misioneros más viejos
cuentan cómo iban de pueblo
en pueblo, a pie, cargados con
decenas de Mensajeros para distribuir, y con la encomienda de no dejar ningún
batey ni caserío sin recibir el mensaje
más importante de todos los tiempos: El Dios Creador
del universo, envió
a su Hijo para
que el hombre pueda
reconciliarse con su Hacedor,
porque de tal
manera amó Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito, para que
todo aquel que en él
cree, no se
pierda, mas tenga
vida eterna (Jn. 3:16).
Es fascinante
pensar que poco tiempo
después de fundada nuestra institución,
ya sus heraldos habían recorrido
todo el territorio
cubano. Llevaron el Evangelio
hasta los rincones más apartados
de este archipiélago
caribeño. El sacrificio de
ellos constituye un legado
precioso y un desafío a las nuevas generaciones, porque
no podemos vivir de glorias pasadas,
tenemos que crecer,
y la iglesia crece
en la proclamación
del Evangelio.
Gracias a Dios hoy
no es necesario recorrer decenas
de kilómetros a pie,
con la hamaca a cuestas, sin un centavo
en el bolsillo, con hambre, con los zapatos remendados;
esa etapa fue superada.
Dios permitió que
sucedieran esas cosas
para que nuestro
cimiento fuera firme; pero
ahora disponemos de medios y
recursos, no permitamos
que las facilidades
de la vida moderna se conviertan en obstáculo o entretenimiento.
Nuestra
misión como iglesia, o como individuos, no es buscar
prosperidad material: de nada
nos vale construir un
suntuoso templo si no
sabemos llenarlo con
almas que vengan sedientas
de la verdad. Recordemos el
pensamiento de Martí:
“El verdadero hombre no
se pregunta en qué
lado se vive mejor, sino
de qué lado está
el deber”, y el
ineludible deber del cristiano está en la predicación.
Superintendente Eliezer Simpson Jackson
Presidente de la iglesia en Cuba.
Porque
nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos
de concupiscencias y deleites
diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a
otros. Pero cuando se manifestó la
bondad de Dios nuestro
Salvador, y su
amor para con los
hombres, nos salvó, no
por obras de justicia que
nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por
el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu
Santo, el cual
derramó en nosotros
abundantemente por
Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su
gracia, viniésemos a ser
herederos conforme a la esperanza
de la vida eterna (Tit. 3:3-7).
Se ha
reconocido que estas palabras fueron dichas por Napoleón Bonaparte, emperador
de los franceses, cuando estaba deportado en
Santa Elena: “Conozco
a los hombres,
y te digo
que Jesús no es hombre.
Nos manda a creer,
y no da más razón que sus
temibles palabras: Yo
soy Dios. Los filósofos
tratan de los misterios del universo con sus disertaciones vacías.
Necios: son como el niño que llora por tener la luna
como juguete. Cristo jamás titubea.
Habla con autoridad. Su
religión es un misterio;
pero subsiste por
su fuerza propia.
Él persigue
y exige de manera más absoluta el amor de
los hombres, la cosa más difícil de conseguir en todo el
mundo. Alejandro, César y
Aníbal conquistaron el mundo, pero no tuvieron amigos. Yo mismo
soy quizá la única persona de mi época
que amé a
Alejandro, a César
y a Aníbal. Alejandro, César,
Carlomagno y yo hemos fundado
imperios; pero ¿sobre qué? Sobre la
fuerza. Jesucristo fundó
su imperio sobre el amor, y
en estos momentos hay millones
que darían la
vida por él… ¿Qué abismo hay
entre la miseria mía y el reino eterno de Cristo,
aquel que es proclamado, amado
y adorado, y cuyo
reino se
está extendiendo por toda
la tierra? Te digo que Jesucristo
es Dios”.
Así resumía
el famoso militar la
diferencia entre la
fuerza impuesta y el amor voluntario.
Tú también puedes identificarlo, pues
todavía Jesús sigue amándonos y
logrando que su
reino siga en la tierra. Encuéntralo y disfruta de su compañía.
Cruza el Jordán conmigo
Por el Pre Evangelista Abraham Fernández.
El capítulo
13 de Números relata que luego de mucho
tiempo los israelitas llegaron al Jordán; solo
este río los separaba
de la tierra
que Dios había prometido a sus antepasados. Pudieron haber llegado
antes; pero su rebelión y
murmuraciones motivadas por el informe desalentador
de diez de los doce espías, hizo
que el Señor castigara a todos
aquellos que amedrentaron al pueblo para no conquistar la tierra de
Canaán, diciendo: “Ojalá muriéramos
en la tierra
de Egipto, o en este desierto, ojalá muriéramos”. Irónicamente,
Dios les concedió su petición y
los hizo vagar por cuarenta años en el desierto hasta que aquella
generación pereciera; después de
esto ya estaban a un paso de entrar en
la tierra de
la promesa.
Fue entonces
cuando las tribus
de Rubén y Gad (que tenían mucho ganado), vieron
la región de
Jazer y Galaad y
les pareció idónea
para ellos; por eso fueron donde Moisés y le pidieron que los dejara
establecerse en ese lugar. El siervo de
Dios comprendió el peligro de aquella acción y les dijo: “¿Irán
vuestros hermanos a la
guerra, y vosotros
os quedaréis aquí? ¿Por qué
desanimáis a los hijos de Israel, para que no pasen a la tierra
que Jehová les
ha dado?” Entonces los
hizo prometer que
pasarían con todo el pueblo para ayudarlo a conquistar la tierra
prometida.
Hoy, a casi
tres mil quinientos años de ese evento, se me antoja pensar que estamos en una
situación semejante, por-que ahora que la
iglesia
ha decidido abandonar el
desierto de la
pereza (por el que
hemos vagado por muchos
años), romper las
ataduras que nos impiden predicar el Evangelio, y conquistar a
Cuba para Cristo, siguen existiendo
tantos que prefieren
no cruzar el Jordán,
porque tienen que abandonar
demasiadas cosas: están muy cómodos en su heredad.
No es hora
de comodidades ni posesiones, del otro
lado hay un mundo que
está pidiendo ser
conquistado, hay familias esperando el consuelo de Dios, hay
jóvenes desorientados esperando
una luz en
el camino, hay niños
abandonados soñando con recibir amor, hay millones oprimidos
por el
vicio esperando libertad. Muchos de ellos perecen por falta de
hombres como Josué y
Caleb, que enfrentaron al pueblo amedrentado por los
gigantes y dijeron: “Subamos luego y
tomemos posesión de la
tierra, porque más podremos nosotros
que ellos”.
Es Jesucristo
quien nos invita hoy: “Cruza el
Jordán conmigo, ayúdame a rescatar almas, a
llevar paz, amor y consuelo; no estarás solo ni desarmado,
llevas la Espada
del Espíritu y los gigantes se desinflarán delante de ti. Devolvámosle el
cariño al anciano olvidado, a la esposa
maltratada. Traigamos a
los que un día
fueron mis hijos
y hoy están
en el mundo. Ven, únete a este
ejército de paz. No temas,
hay más poder
en nosotros que en el mundo, porque el amor es la
fuerza más poderosa del universo”. ¿Responderás al
llamado?
Predicar
el Evangelio: ¿opción u obligación?
Por tanto, id, y haced discípulos a
todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo; enseñándoles que guarden
todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los
días, hasta el fin del mundo. Amén. (Mt. 28:19,20).
Aunque ha
sido siempre nuestra razón de existir; desde hace algún tiempo la iglesia hace
hincapié en su
misión y visión. Estos
vocablos son propios
de la ciencia de
la dirección. El
primero significa encargo, encomienda;
el segundo apunta
hacia el ideal,
la perspectiva, viene
a ser como
el plan estratégico de una institución. La misión está
expuesta en las palabras del Mesías, y
es ir y predicar el
Evangelio a todos (Mt. 28:19,20).
La visión
es un anuncio profético:
Llenar la tierra del conocimiento de
Dios (Is. 11:9,
Hab 2:14). La indicación de Cristo habla de discipular, y
empezó a distorsionarse desde el principio, pues no se
refiere a trasmitir
cualquier versión de su doctrina,
sino a enseñar, expresamente, lo que
él había mandado
(nunca mandó a incumplir la Ley de Dios). El mundo
está sordo para
la Palabra Eterna, sordo
para todo lo
bueno, y eso es frustrante
para los predicadores del Evangelio. De
ahí que muchos se rindan porque,
“de todos modos, nadie se convierte”; o asumen posturas como predicar
cuando no se corre ningún riesgo o
cuando hay alguna probabilidad de
éxito, o hacerlo
superficialmente, sin ninguna
responsabilidad.
Pero la iglesia no
está diseñada para encerrarse en sí misma, sino para moverse. Una
iglesia que no se mueve es como agua estancada,
que se pudre. La
iglesia es manantial de
agua viva porque la alienta el
Espíritu de Dios. Tiene que ser como
el mar de Galilea, que recibe las aguas del Jordán por el norte y
las deja fluir
por el sur,
para que siga regando fertilidad por la tierra. Además,
no hay alternativa,
la misión es un
mandamiento. Analicemos las
palabras de Pablo: “Si predico el Evangelio, no
puedo presumir de nada por ello, porque lo hago porque estoy obligado.
¡Pobre de mí
si no predicara el
Evangelio! Si lo hiciera por propia
elección, merecería una recompensa; pero si lo tengo que hacer, (…), es porque se me ha
encargado esta tarea. ¿Cuál es mi recompensa entonces? Únicamente
presentar el Evangelio gratis
mediante la predicación, para no hacer uso de los privilegios que
me corresponderían como predicador”
(1Co. 9:15-18, traducción de W. Barclay).
Escudriñemos
también el texto del profeta Ezequiel: “Hijo
de hombre, yo te he puesto por atalaya
a la casa de Israel; oirás, pues, tú la palabra de mi boca,
y los amonestarás de mi parte. Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no
le amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su
mal camino a fin de que viva, el
impío morirá por su maldad, pero
su sangre demandaré de tu mano.
Pero si
tú amonestares al impío, y él no
se convirtiere de su impiedad
y de su mal
camino, él morirá por su maldad, pero tú habrás
librado tu alma. Si el justo
se apartare de su justicia
e hiciere maldad, y pusiere yo tropiezo delante de él, él morirá, porque
tú no le amonestaste; en su pecado morirá, y
sus justicias que
había hecho no vendrán en memoria; pero su sangre demandaré de tu mano.
Pero si al justo amonestares
para que no peque,
y no pecare, de cierto vivirá, porque fue amonestado; y tú habrás librado tu
alma” (Ez. 3:17-21).
Es obvio
que la evangelización constituye una
obligación del cristiano. Ahora bien, ¿cómo llevar a cabo esta encomienda? La
Escritura nos da
claves. Hay una forma de
evangelizar que es anterior
al uso de
la palabra, y
es el ejemplo. Cristo lo
dijo de esta
forma: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean
vuestras buenas obras, y
glorifiquen a vuestro
Padre que está en los cielos” (Mt.
5:16). Otra clave se
halla en Stg
1:27: “La religión pura
y sin mácula delante
de Dios el Padre
es esta: Visitar
a los huérfanos y a las viudas en
sus tribulaciones, y
guardarse sin mancha
del mundo”. Esto se refiere a obras de caridad, y es una
forma de mostrar
el amor de Dios por la humanidad.
La siguiente está en el capítulo arriba citado de la 1ra epístola a los
corintios: “Por lo cual,
siendo libre de todos, me he hecho
siervo de todos
para ganar a mayor
número. Me he
hecho a los
judíos como judío, para ganar
a los judíos; a
los que están sujetos a la
ley (aunque yo no esté sujeto
a la
ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la
ley; a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no
estando yo sin
ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los
que están sin ley. Me he
hecho débil a los débiles,
para ganar a los débiles; a todos me he
hecho de todo, para que de todos modos
salve a algunos.
Y esto hago
por causa del evangelio,
para hacerme copartícipe de él” (1Co. 9:19-23).
Esta última frase hace
referencia al sacrificio del que ha
aceptado la cruz
del Señor y se niega
a sí mismo. Esto no significa que el apóstol
Pablo viviera una
vida desordenada y que
sacrificara incluso sus principios morales por
ganar a alguien;
sino que se valía de
los argumentos, de las
circunstancias, de la cultura de las personas
para acercarse a
ellas, como lo
demostró en muchas ocasiones.
La última proviene
también de Pablo: “Te encarezco delante de
Dios y del
Señor Jesucristo, que juzgará
a los vivos y a los muertos
en su manifestación
y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende,
exhorta con toda paciencia y
doctrina” (2Ti. 4: 1-2). Esto parte de una
idea veterotestamentaria que dice: “Por
la mañana siembra tu semilla, y a
la tarde no dejes
reposar tu mano; porque no sabes
cuál es lo mejor, si esto o aquello, o
si lo uno
y lo otro
es igualmente bueno” (Ecl.
11:6). Aquí la
Escritura nos enseña que no
se
debe esperar las
condiciones ideales, porque el
alcance del hombre no le da para comprender la vasta obra de Dios, por tanto es
mejor actuar siempre, y esperar a que él prospere lo que hacemos.
Con respecto
a la visión,
sabemos que eso tendrá cumplimiento cuando el Mesías regrese.
Tanto Isaías como Habacuc, los dos profetas que se
refirieron a esto, hablaban de ese momento
futuro; incluso Isaías
escribió: “Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos
al monte de Jehová,
a la casa
del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas.
Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová” (Is. 2:3).
“Y de mes en mes, y de
día de reposo
en día de reposo, vendrán todos a adorar delante de
mí, dijo Jehová”
(Is. 66:23). Cuando Jeremías anunció
el nuevo pacto
dijo: “Pero este es el
pacto que haré
con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová:
Daré mi ley en su mente, y la escribiré
en su corazón;
y yo seré a
ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.
Y no enseñará
más ninguno a su prójimo, ni
ninguno a su
hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me
conocerán, desde el
más pequeño de ellos hasta el más
grande, dice Jehová; porque perdonaré
la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado” (Jr.
31:33-34).
Y sabemos
que esto no se
ha cumplido; el
nuevo pacto se estableció, pero no se ha cumplido; eso es
igual que un testamento que se firma al
nacer un niño;
pero se estipula
que ese niño será
heredero cuando cumpla la mayoría de edad; de igual manera el nuevo pacto se firmó
con la sangre
de Cristo; pero nuestra
mayoría de edad llegará
con la segunda
venida del Mesías, la herencia
llegará con su
regreso.
Por supuesto,
la iglesia no hace mal con tener
esa visión, pues
indica que tiene su
vista, su ideal,
ubicado en la
venida de Cristo, y sabemos que el Señor, juez justo, nos dará en aquel día la corona
de justicia a todos los que amamos su venida (2Ti 4:8).
Ver a Jesús
Por el Supervisor Ramón Pastor Verdecia.
Muchos, en
el tiempo del paso de Jesús por este mundo, en su ministerio de redimir
al pecador de su
maldad, tuvieron el gran
privilegio de verlo, desde
su nacimiento hasta su regreso al cielo; unos para su salvación y otros para su
condenación. Los que le amaron le creyeron, lo
aceptaron como Salvador y le siguieron. Los que le negaron lo condenaron y participaron en su muerte.
Desde entonces,
a todos aquellos que de una forma
u otra, y en distintas épocas, nos
han llegado las buenas
nuevas de la
salvación, todos, hemos deseado
ver a Jesús.
Unos lo demuestran en
sus cantos de
alabanzas, otros, en
sus escritos, y
muchos, tratando de vivir
una vida entregada por entero al servicio del
Señor. Este deseo de ver a Jesús lo encontramos en la Palabra de Dios, en muchas ocasiones y
por distintas personas.
Unos griegos
le dijeron a
Felipe que querían ver a
Jesús: “Y había
ciertos griegos de los
que habían subido
a adorar en la fiesta; estos pues se llegaron a
Felipe, que era
de Betsaida de Galilea,
y le rogaron, diciendo: señor, querríamos ver
a Jesús” (Jn.
12: 20, 21). El rey Herodes,
viendo a Jesús, se holgó mucho, porque
hacía tiempo que deseaba verle:
porque había oído de él muchas cosas y
tenía esperanza de que le vería hacer alguna señal (Lc. 23: 8). Sus
discípulos, además de acompañarle durante
tres años, comieron
con él después de resucitado.
En esa
ocasión Jesús les
dijo: “Venid, comed. Y ninguno de los
discípulos osaba preguntarle;
¿Tú, quién eres? Sabiendo
que era el Señor”
(Jn. 21: 12). Estos mismos discípulos, y otros
más, le
vieron subir al cielo:
“Y habiendo dicho estas
cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube
que le ocultó
de sus ojos” (Hch. 1: 9). Allí mismo recibieron la promesa de volver a verlo:
“Y estando con los
ojos puestos en el cielo, entretanto
que él iba,
he aquí dos varones
se pusieron junto a
ellos con vestiduras blancas, los cuales también les
dijeron: Varones Galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo?
Este mismo Jesús, que
ha sido tomado
de vosotros al cielo,
así vendrá como
le habéis visto ir
al cielo” (Hch.
1: 10, 11).
Yo creo que,
así como muchos en el pasado vieron
a Jesús en
distintas formas y con
distintos resultados, así será
en el futuro.
Lamentablemente, incluso algunos que se nombran
cristianos, recibirán la
triste noticia de su rechazo: “No
todo el que
me dice: Señor, Señor,
entrará en el
reino de los cielos; sino el que
hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en
aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos
en tu nombre,
y en tu nombre
lanzamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Entonces
les declararé: Nunca os conocí;
apartaos de mí, hacedores de maldad”.
(Mt. 7: 21-
23)
También en el capítulo veinticinco de este libro,
en los versículos
del 31 al 46,
leemos un pasaje
que nos dice bien a las claras cómo, en qué estado, y
en qué condición volveremos a ver a Jesús:
unos para alegría eterna, y otros
para condenación perpetua. Nuestro deseo y oración es que
todos aquellos a quienes
llegue esta palabra de
amor, puedan ser
acogidos en ese gozo sin fin.
El juicio de Nuremberg
Por el Predicador Arkadi Lahera.
Después de
la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), se llevó a cabo, en la ciudad alemana de Nuremberg, uno de los juicios más difundidos de la historia moderna. En este proceso el mundo acusaba
a los principales
cabecillas nazis que sobrevivieron
a la guerra. Pese a todo el
rigor en la vigilancia de los
acusados, algunos de ellos lograron evadir
la sentencia del
tribunal; por ejemplo, el
mariscal Göering, segundo al mando
del ejército después
de Hitler, logró envenenarse
en su celda con
una cápsula de
cianuro potásico.
Es curioso
que, incluso luego
de presenciar los
horrores que ellos
habían causado, la mayoría de
estos fascistas aún se consideraban
inocentes y justificaban sus acciones. Muchos hombres han
tratado de que
haya justicia en la
tierra; algunos, creyendo
hacer lo bueno, han
mandado a otros
a la muerte. Numerosos
criminales han evadido el castigo
y se sienten bien con su suerte, y
afirman que nadie
tiene derecho a juzgarlos
porque nadie es perfecto. Quizá nunca se han preguntado si escaparán del
juicio divino.
¿Podrán sobornar a Dios para que los deje
en libertad? ¿Podrán
escapar a donde él no los
encuentre? El juicio de Dios es inevitable, todo lo que escondes saldrá a la
luz. En el juicio final no valdrá
el dinero ni la pericia de los
abogados. Ante
el tribunal divino no faltará la
prueba, hasta los pensamientos más íntimos de
tu corazón serán examinados.
Nada podrá evitar que el Juez
Supremo golpee con el martillo en
el estrado y
te declare culpable. La única
manera de salir absuelto
es acogerte hoy
al perdón de Cristo.
1. Algunas
personas no tienen
fe en Dios para
ser sanos. Stg. 5:15.
2. El
pecado personal sin
confesar crea una barrera a la
gracia de Dios. Stg. 5:16.
3. La
desunión persistente y extensa, y la
duda de los creyentes
impiden la sanidad
de la iglesia: el
cuerpo de Cristo.
1 Co. 11:30.
4. Por falta
de perseverancia: algunos
creyentes suponen que Dios siempre sana al instante, y
cuando no reciben
respuesta inmediata dejan de orar.
5. Por
desconocimiento del problema, que muchas veces no es físico, o no
es solamente físico. Es imprescindible que los fieles orienten a
los enfermos y les enseñen a
comprender la gran dimensión del pecado y su relación con
la enfermedad, pues todas las cosas en
la vida de una persona están interrelacionadas.
6. Hay que buscar la sanidad en
la dirección correcta. Debe comenzarse
con la instrucción en
la Palabra de Dios,
porque algunos tendrán un toque
sobrenatural y otros solo recibirán alivio
o consuelo, y
tendrán que recurrir a la ciencia
médica.
Algunos no serán
sanados por ningún medio.
Por consiguiente es importante
ejercer el don de
discernimiento para distinguir la
voluntad de Dios, para instruir con sabiduría
y para manejar prudentemente estas áreas tan
profundas de la vida.
Caridad es
una visita fiel de la iglesia de Cascajal,
propuesta para candidato
al bautismo; es una mujer
cuyo mayor deseo es
agradar a Cristo
cada día de su vida. La primera vez
que Caridad nos pidió
la oración de
sanidad fue por su
esposo, quien llevaba varios días sin dormir
debido a una
fuerte neuralgia. Fuimos
a su casa,
oramos por él
y le ungimos
con aceite, y a partir de
ese día los dolores desaparecieron
y ambos pudieron dormir bien.
En el pasado
mes de febrero de este año, Elaine, la sobrina
de Caridad, que vive en La Lisa, fue
ingresada en el
Hospital Militar de Marianao. El único diagnóstico que Caridad conocía
de ella era que se trataba de una
enfermedad fatal, que la
muchacha se hallaba
en un estado
grave y que, de un momento a otro, recibiría la noticia de su muerte.
Desesperada, Caridad
fue a vernos
a la iglesia y nos contó la situación. Nos dijo que tenía fe en que
Dios iba a sanar a su sobrina. De
inmediato nos tiramos todos de rodillas e hicimos una súplica
ferviente. Luego seguimos
orando por ella
durante varios días.
Por fin, el dieciocho de febrero, Caridad nos visitó con la noticia de
que Elaine se encontraba fuera de
peligro, que le habían
dado de alta con su salud restablecida.
Entonces volvimos a
postrarnos de rodillas, esta vez para darle muchas gracias a Dios por
su misericordia.
También el
hogar de Marisol, otra vecina de Cascajal, fue bendecido con la sanidad divina.
Su esposo, quien es obrero agrícola, hacía
días que no podía ir al trabajo por una crisis de sacro-lumbalgia; ni siquiera podía
bajarse de la
cama. Los visitamos una tarde e
hicimos la oración y el ungimiento con aceite. Al día siguiente se levantó y
pudo caminar. Marisol, que a propósito del padecimiento de su
esposo, había hecho una promesa a Dios de servirle, y
sus hijas Iscandia
e Isclaudia, de diecisiete y catorce años, son visitas
fieles de la iglesia.
Por último contaremos
el testimonio de la sanidad en la
familia de Milagros, quien es
candidata al bautismo.
Ella tiene un nieto
llamado Cristian, de
once años de edad.
Este niño, a
los pocos meses
de nacido, comenzó a
tener problemas de salud. Cuando mi esposa y yo llegamos a Cascajal como pastores, en el mes de
marzo de 2012, Cristian no hablaba, y, en vez de caminar
se arrastraba. La
familia lo sacaba de
la casa en
un sillón de
ruedas.
Oramos por
él y le aplicamos el aceite de la
unción, y gracias a Dios, de este niño se puede decir hoy que corre como
cualquier otro muchacho de
su edad. Todavía
no articula bien las palabras, pero se entiende lo que habla. Dios ha
obrado hasta donde ha querido, según
su propósito, y
todos los que conocemos
a Cristian estamos muy
agradecidos. También oraron por él
los hermanos Elías
Cruz y Marcelino Cruz. Por todas estas obras
de sanidad que muestran el amor de nuestro Padre Celestial deseamos
darle honor y
gloria a su santo nombre.
El chivo barba tiesa*
Barba Tiesa
era un chivo
viejo con tarros grandes
y retorcidos, que se
creía lindo y no entendía el por qué tenía
que andar por
el parque con una campanita amarrada en el pescuezo, y
halando un carretón azul y rojo lleno
de muchachos, mientras en el zoológico había animales mucho más feos, que
vivían sin hacer nada.
Según su opinión,
él merecía estar allí, en
una jaula, para
que le tiraran frutas
o dulces como
a los demás; sin embargo, el
portero no lo dejaba entrar.
Así que un
día se amarró una bolsa de lona en
la barriga, se sentó
en las patas de atrás, dobló
las de adelante recogidas como si fueran
manitos y se
apareció dando saltos a la entrada del zoológico.
—Yo soy
primo hermano del canguro
y quisiera pasar a visitarlo —le dijo al portero.
— ¿¡Sííí!?
No me digas…
¿Y desde cuándo los
canguros tienen tarros y barba, y son tan apestosos? Tú eres
el chivo —le contestó el portero y cerró la puerta.
Barba Tiesa
se fue; pero no se dio por vencido. Se cortó
los tarros, se afeitó la barba, se dio un baño con champú, se puso una
manguera en el hocico y de nuevo se apareció, bamboleándose lentamente, en el zoológico.
—Yo soy
el nieto del
elefante y quisiera saludarlo —le dijo al portero.
— ¿¡Sííí!?
No me digas….
¿Y desde cuándo te
cambiaron las orejonas por
esas orejitas, y
las patotas por esas
patitas finas? Tú
eres el chivo —le
contestó el portero
y cerró la puerta.
Siguió tratando
de confundir al guardián
de la puerta,
haciéndose pasar por mono, cebra y por cuanto animal había
en el zoológico;
pero no consiguió nada. Convencido de que no podía engañar a nadie,
decidió seguir siendo lo que era; se enganchó el carretoncito azul y rojo con
banderitas de colores y la campanita en
el pescuezo, y se apareció con el
carrito lleno de niños en
el zoológico.
Desde que el
portero lo vio se quitó la gorra y haciéndole un saludo como si se tratara de
un príncipe le dijo: — ¡Pase usted, señor chivo! ¡Qué lindo se ve hoy y que bien acompaña-do
viene! Y le abrió la puerta de par en par.
*Cuento del escritor artemiseño
Pedro B. Lorenzo Gómez,
tomado del libro Don
Chivote de las manchas, en proceso editorial.
La tortuga y el águila
Una tortuga
a un águila rogaba
Le enseñase
a volar; así le hablaba:
“Con solo
que me des cuatro lecciones,
Ligera
volaré por las regiones;
Ya
remontando el vuelo
Por medio de
los aires hasta el cielo,
Veré cercano
al sol y las estrellas,
Y otras cien
cosas bellas;
Ya rápida
bajando,
De ciudad en
ciudad iré pasando;
Y de este
fácil delicioso modo
Lograré en
pocos días verlo todo”.
El águila se
rió del desatino;
Le aconseja
que siga su destino,
Cazando
torpemente con paciencia,
Pues lo
dispuso así la Providencia.
Ella insiste
en su antojo ciegamente.
La reina de
las aves prontamente
La arrebata,
la lleva por las nubes.
“Mira”, le
dice, “mira cómo subes”.
Y al
preguntarle luego: “¿Vas contenta?”,
Se la deja
caer y se revienta.
Para que así
escarmiente,
Quien
desprecia el consejo del prudente.
Félix
María Samaniego, Fábulas morales.
El abuelo Ramiro y el árbol
Por el miembro Rayner Pérez Pelegrín
¡Abuelo! —Gritaba Carlos
mientras atravesaba la puerta y dejaba en la silla la mochila
de la escuela—.
¡Abuelo, quiero ser un árbol!
El Abuelo Ramiro
lo miró con
ojos curiosos y una
pregunta se le
salió de los labios: —¿Un árbol?
¿Y a qué
viene eso muchacho?
—¡Sí abuelo!,
un árbol grande,
con muchas ramas llenas de hojas verdes y lleno de
frutos, tan alto
que pueda ver los
amaneceres desde que
empiezan a clarear en el
horizonte. Mientras hablaba, Carlos
se había subido en una silla
y permanecía con los brazos extendidos, parado en puntillas
de pie, pretendiendo ser un árbol.
De repente
una pregunta del
abuelo hizo que el niño bajara de la silla.
—Y se puede
saber ¿cómo vas a lograrlo?
— ¡Ay, abuelo! —dijo
Carlos casi llorando— es solo un
sueño, es que en la clase de ciencias estudiamos
los árboles, y son tan fuertes
y útiles... pero yo sé que no puedo lograrlo.
— ¡¿Quién dijo
que no?! —Exclamó el anciano—. Hay una manera.
A Carlos
le brillaron los
ojos y en su rostro se dibujó la
esperanza. El anciano continuó:
—La
Biblia dice en el Salmo
1:2 y 3, que
aquel que medita
en la Ley
de Dios de día y de noche, será
como árbol plantado junto a
corrientes de aguas, que da
su fruto en
su tiempo y que
su hoja no cae. Si quieres, tú puedes ser un árbol que
dé fruto, que
dé sombra al afligido, que sea refugio del débil, solo tienes
que meditar en su Palabra que es un río de agua viva.
El niño de un
salto volvió a subirse a la silla, ahora
con más ánimo
y con los brazos hacia el cielo, y con gran alegría
gritó: — ¡Sí abuelo, yo quiero ser un árbol!
El abuelo
Ramiro dejó escapar
una lágrima de sus ojos, y
entendió que estaba frente a una pequeña
planta que un día
sería un gran árbol, fuerte y robusto, que traería fruto y bendición. Lo más
glorioso era que el anciano
se propuso en su corazón, desde
aquel día, ser
parte del gran sueño de aquel
niño.
LA
LUZ Y LA OSCURIDAD
Por
el miembro de la Brigada de Luz Orlando
Pimienta Izaguirre.
En el principio
Dios creó cielo y tierra, y fue esta
su voluntad primera. En Génesis
1:3 manifestó una orden: “Y dijo Dios: Sea la luz, y fue la luz”. Anterior
a estas palabras el universo era un completo desorden
y él instauró
la luz, claridad
que permitió terminar la creación y ordenar aquel
revuelto mundo; aún hoy
la palabra luz designa y
significa la presencia del Creador.
También hizo
al hombre a su imagen y semejanza; así que debemos amar
la luz y
huir de las
tinieblas. El ojo humano
y la vista
son altamente preciados por el
hombre, mucho más que el resto de los sentidos. Los ojos
están preparados para ver
en luminosidad y en sombras, pero la diferencia
entre ambas variantes
es abismal. En la
retina existe un pigmento responsable
de la visión
en lugares iluminados y
otro pigmento para
la visión en
la oscuridad. Normalmente el primero
se convierte en el segundo y viceversa en dependencia del
grado de visibilidad del lugar en el cual estemos.
Cuando
salimos de un lugar iluminado y entramos a uno oscuro demoramos mucho
en poder ver,
minutos después ya vemos, y al pasar una hora somos
capaces de distinguir
las figuras, pero no los colores con igual nitidez a cuando
estamos en la
luz. En cambio vemos rápido y bien al
salir de lo oscuro y entrar
en lo claro. Así también
le sucede a nuestra visión espiritual.
Guiados y
engañados por las tentaciones, abandonamos la luminiscencia para entrar
en esos caminos
tenebrosos que están plagados de peligros, de caídas, de muerte. Nuestro ojo espiritual
demora mucho en distinguir
en tinieblas y
así transcurren meses y
años en esa
situación hasta que podemos
divisar el sol al
final del camino. Millones de personas viven sumidos en esa oscuridad que ahora
cubre al mundo, reforzada y sostenida por
los medios de difusión
y los diversos
entretenimientos que entorpecen a
las almas, llenándolas de
corrupción y vicio, a la vez que los aleja de la fuente de la vida.
¡Cuán diferente
es el sentido
inverso! El salmista afirmó lo siguiente: “Porque contigo
está el manantial
de la vida; en
tu luz veremos
la luz”. (Sal. 36:9) ¡Cuán rápido nos adaptamos a la
luz del Señor cuando dejamos detrás la noche negra!
¡Qué diferencia tan grande
entre su claridad
y la lobreguez
del mal! ¡Qué
apacible dicha nos regala cuando
nos ilumina! Vivir en la luminiscencia de Jesús es vivir junto a un sol que resplandece cada amanecer
y que no
nos abandona, aun cuando sea de
noche; nos ayuda a evitar
contrariedades y nos depara una posibilidad
de salvación y de vida eterna,
guiados por su inacabable amor.
Resplandecidos en
Jesucristo somos como semilla
que germina, como
árbol bueno que,
bajo el sol,
llena de frutos sus
ramas; o como
rosal, que florece para
beneficio y placer
de todos. En la Biblia,
especialmente en el Nuevo Testamento,
se cuenta de
los ciegos que recuperaron la vista al ser curados por el Señor
Jesucristo. Muchos
volvieron a
ver la luz de este mundo, y a millones les fueron abiertos los ojos del alma, sacándolos de las
tinieblas y llevándolos a la
única fuente de
vida. Lamentablemente muchos vuelven
a cerrarlos y se
precipitan en las
sombras.
Él nos
hizo a su
voluntad, por tanto debemos amar, buscar y seguir esa luz que él creó desde el primer
momento. También mantenerla encendida y ayudar a esparcirla, siendo antorcha y
faro para los que nos rodean. El apóstol
Pedro escribió las
siguientes palabras a
los hermanos que seguían caminos
erráticos en la
vida cristiana: “Tenemos también
la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a
una antorcha que
alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y
el lucero de la mañana salga
en vuestros corazones”. 2Pedro 1:19.
Es la
Palabra de Dios
esa luz y esa antorcha;
y es Jesús el sol de la mañana que se dispone a salir cada amanecer en tu vida
y en la de los tuyos, para esclarecer
y salvar de
las tinieblas del pecado.
LA COMUNICACIÓN MÁS EFECTIVA
Por el Predicador Sergio O. de la Cal
Cruz
Cuando hablamos
de comunicación, nos estamos refiriendo
al proceso a través del cual
se trasmite determinada
información de un
agente a otro, ya sea por la escritura, el habla u otro método. Dicho
fenómeno requiere de un transmisor, un mensaje
y un receptor para
que se ejecute
eficazmente el intercambio
de opiniones, sentimiento o
cualquier información.
Básicamente la
comunicación cumple con tres funciones principales:
1. Función Informativa, que está
relacionada con la transmisión y recepción del caudal de la experiencia
social e histórica o de cualquier otro
orden;
2. Función Afectiva, tiene
que ver con
el peso afectivo que
deposita el emisor
sobre su mensaje en
concordancia con la trascendencia del
mismo;
3. Función Reguladora, donde
se establece una regulación del
comportamiento de los individuos respecto
a sus semejantes.
Esta función
se pone de
manifiesto, por ejemplo, cuando se recibe por parte de
alguien alguna censura,
invitándonos a la rectificación o al menos a la reconsideración de
nuestros actos. La comunicación ha
sido desde siempre una necesidad del hombre. Pudiera parecer que es
un arte propio
de los humanos, lo que es una consideración inadecuada, pues
en el reino
animal también se observa
como un hecho cotidiano y
practicado con una
sistematicidad asombrosa. Comentemos brevemente
algunos ejemplos de comunicación
entre animales.
Las hormigas
son insectos que
viven en colonias, que pueden agrupar a docenas de
miembros o a
millones de ellos, y que ocupan
extensísimos territorios. Son
generalmente carroñeras o herbívoras
y tienen un alto
sentido de la orientación, a tal punto pueden recorrer más de
doscientos metros desde su nido en busca de alimento y no perder luego el camino
de regreso. Para comunicarse, estos
insectos se sirven de
las feromonas (sustancia
química secretada para lograr
determinado comportamiento
en individuos —generalmente— de su propia
especie), las cuales son percibidas por sus largas y delgadas
antenas, que también
ofrecen mucha información
acerca de la dirección y la
intensidad de los olores.
Las hormigas
no usan las
feromonas sólo para dejar
rastros, sino también para otras funciones vitales. Por ejemplo, una hormiga aplastada
libera una feromona de alarma que
lleva a las que se encuentren en
las proximidades a una euforia frenética y atrae a más hormigas de otros
lugares. Algunas especies incluso
usan feromonas para confundir a
las especies enemigas
y hacerlas luchar entre
sí. También producen sonidos empleando
las mandíbulas y otras partes
de su cuerpo para comunicarse con miembros
de su colonia
y de otros grupos.
Las hormigas
son probablemente el
único grupo a parte de
los mamíferos, en que se observa
el aprendizaje a partir de la imitación del comportamiento de
otros miembros de la familia. Eso se observa cuando una
recolectora es capaz
de conducir a una inexperta
a una fuente de alimento por medio de un proceso lento y
tedioso. La primera guía con paciencia
a la segunda
hasta su objetivo,
ayudándola cuando se retrasa o
adelanta y conduciéndola al camino cuando se desvía de éste.
Así poco
a poco la
inexperta va adquiriendo la
información necesaria hasta hacerse
suficientemente lista para integrarse en el
grupo. ¡Es increíble cómo se
ponen de manifiesto
entre estos pequeños animales
varias de las funciones principales
de la comunicación descrita para los humanos!
Salgámonos del
hormiguero y démonos
un chapuzón para
observar a los delfines. Ellos pueden medir entre dos y
nueve metros de largo, y al igual que las hormigas, viven en grupos
familia-res (en ocasiones
los grupos reúnen más
de mil miembros)
aunque son estrictamente carnívoros.
Se encuentran entre las especies más inteligentes del planeta y
así como otros cetáceos, utilizan sonidos,
danzas y saltos
para comunicarse y alcanzar sus presas. Son capaces de estrechar lazos
sociales muy fuertes, y esto se observa cuando
individuos heridos pueden recibir
atenciones y cuidados muy
esmerados de sus compañeros.
En el año
2005 se descubrió una especie
de delfines que enseñaba
a sus crías
a emplear herramientas
mientras se alimentaban:
usaban esponjas para proteger sus hocicos. Estos mamíferos
marinos son muy hábiles en la
función afectiva de la comunicación.
De vuelta a tierra firme, en la gran
sabana africana, encontramos a otro formidable mamífero muy comunicador: el león. Es un carnívoro de la familia de
los félidos, en ocasiones tan grande que los machos pueden llegar a pesar 250
kg.
Yendo directamente
al ámbito de su vida que ahora nos atañe, descubrimos que
los leones realizan actos de sociabilización a
través de comportamientos específicos
y movimientos expresivos
considerablemente avanzados.
Desarrollan una serie
de expresiones faciales y posturas corporales que sirven para transmitir
mensajes.
Hay manifestaciones como
rascarse la cabeza o
los lametones, que
demuestran pasividad y sosiego. Emplean además los sonidos como
base de su comunicación; incluyen
refunfuños, ronroneos, siseos,
toses, maullidos, ladridos y, lógicamente, rugidos. Los leones poseen el rugido más fuerte de los
félidos, que puede
escucharse a una distancia de 8
km. ¡Así de asombroso!
Y si siguiésemos investigando nos
pasmaríamos de los resultados.
Aunque estos
sistemas de comunicación
animal son muy desarrollados, la comunicación humana es superior debido
a que el
hombre es un ser
pensante y bendecido con
el raciocinio, lo que
lo ha ayudado a
elaborar sistemas de comunicación que hoy en día permiten romper las
barreras más infranqueables de la
distancia o el idioma: personas de diferentes continentes
pueden conversar, y hasta verse, gracias a las maravillas de la tecnología
moderna. Y, ¿qué tal si el hombre empleara
todo este alto
nivel de desarrollo para
difundir mensajes positivos?
Vivimos en
un mundo en decadencia donde a veces las personas no desean ni encender
la televisión porque,
de inicio a fin, los noticiarios y segmentos informativos solo reportan desastres y mensajes negativos. Es verdad que no
se puede tapar el
sol con un dedo; es imposible detener la avalancha de calamidades que amenaza con aplastarnos,
pero tal vez, si de cuando en
cuando se les
hace saber a los hombres que
hay esperanza, salud
y una vida eterna en la gloria con Jesús, se equipararía
un tanto el
hastío de esta vida pasajera, y
se encendería un rayo de luz para todos
los que viven en tinieblas.
¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies
del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien,
del que publica salvación, del que dice a Sión: “¡Tu Dios reina!”! (Is. 52:7)
¿Sabes conversar?
Tomado del
libro Mil ideas
para ti y tu familia,
de Gladys E. Egües Cantero. Editorial de
la mujer. La Habana 2009.
No, no sonrías,
ni pienses que el tema no tiene
importancia, sobre todo porque
conversar es muy cotidiano
y las palabras resultan
esenciales para una expresión correcta.
1. Temas
interesantes: El nivel de educación, lecturas, información
general, incluso sensibilidad personal
se evidencian en
la conversación diaria. El dominio del
entorno, saber lo que acontece y participar con
opiniones meditadas, resulta necesario
a la hora del
diálogo. Resultado: te escucharán con agrado.
2. Formas
de proyección: Gestos y maneras,
expresiones, incluso la
voz, todo influye. El éxito de ser bue inter-locutor muchas
veces reside en el tono armonioso.
Hablar con alguien cuya voz sobresalga entre todas las
del grupo que conversa
no resulta grato. Tenlo presente. También el hábito de cuchichear en
cines, teatros o
en un restaurante, se
convierte en una acción fea y
desagradable. Equilibrio y medida rigen en todo. Piensa que cuando una
persona habla no se dirige al mundo, sino solamente a quienes comparten su conversación.
3. Exactitud: Más que
obligatorio es relacionar las
palabras precisas para calificar y
comentar los hechos.
Las exageraciones dan lugar a modificar
(con malicia o sin ella) y
transformar lo que se narra, a
falsear la realidad. Evita distinguirte por ello.
4. Brevedad: Aprende a
soslayar lo inútil y repetido.
Así tendrás una forma amena de
expresión porque dar vueltas
para decir algo,
cansa. Las explicaciones
minuciosas estorban. El exceso de detalles,
aburre. Hace que la mayoría
de las
veces solo te escuchen
por pura cortesía. Conversar es un diálogo. No acapares la palabra, ni pienses
que tienes la verdad. Interesa tanto tu opinión como las
de quienes te escuchan. De lo contrario la charla se convierte en un monólogo.
5. Claridad:
Elimina los comentarios malévolos, las críticas con dobleces y segundas
intenciones. Destaca lo humano y hermoso de
la vida y rechaza
lo malo con palabras directas y
justas. La esperanza
debe signar el lenguaje y atesorar la esencia de tu posición ante el hecho
de existir y comunicarte.
Utiliza las
palabras que apoyen
y refuercen tus
opiniones, con la sencillez necesaria
para que se
adecue al ambiente donde
se produce el
intercambio comunicacional, sin rebuscamientos artificiales.
La metáfora: tus formas de decir deben vestirse con la grandeza de
los diferentes significados.
Creemos que
aún en nuestros
tiempos el Espíritu
Santo se sigue
derramando sobre los fieles. Entendemos que el creyente no es ungido inmediatamente
después de ser bautizado en agua, sino que el Espíritu se debe pedir a Dios y ser buscado con una vida de buen testimonio.
Nuestra iglesia celebra cultos especiales de oración en espera de la promesa del Espíritu
Santo. Estos cultos son presididos por hermanos que, con
discernimiento espiritual, auxiliados por el testimonio de otros ungidos y por
señales en los que “esperan” —tales como el hablar otras lenguas—, declaran
a los nuevos santificados; para ello es
imprescindible que reciban un mensaje de
Dios que confirme la unción; esos
mensajes son los que publicamos en
esta sección y que acompañan a cada
hermano, como una marca personal de la bendición divina.
Andy Ángel López
Bendecido, lo
he bendecido con mi
Espíritu Santo porque él es fruto de la tierra
fértil. Jóvenes fuertes en Espíritu quiero,
para que trabajen
en mi viña. La mies está madura
y faltan obreros. Para
trabajar, traigan al
granero el trigo.
Superintendente
Emilio González.
Eddy Nelson López
Joven a ti te
digo levántate y
resplandece, porque hoy te
he llenado de luz para
que alumbres todo
el tiempo, lo sucio del pasado lo borré
y he puesto en ti la
faz de mi Espíritu, mantente limpio para mi gloria. Amén.
Superintendente
Juan Charón.
Osvaldo A Álvarez
Ramírez
Me manifesté
con poder, claramente he hablado, hablen de mi poder,
testifiquen de mi poder; no teman, yo
estoy con ustedes, busquen mi poder; tiempos difíciles se
acercan, y solo
con mi poder podrán vencer. Amén.
Obispo
Eugenio García.
Irisdelvis
Villavicencio
Desde muy temprano
te llamé, hiciste muy bien en
escuchar mi voz,
tengo planes grandiosos contigo,
por eso te he
llenado con mi
poder para que anuncies mi llamada, pues voy pronto a buscar a los míos,
déjate usar por mi Espíritu Santo, él
te guiará si me
eres fiel. Amén.
Superintendente
Juan Charón.
Yusmani Naranjo
Lo
probé y
lo oí aceptar mi voluntad, está lleno
de mi poder,
tus luchas te han
calificado porque te
apoyaste en mí. Bendecido
para gloria, sigue
apoyándote en mí y
te usaré, estás
lleno, lleno de mi poder. Decláralo.
Superintendente Juan Charón.
Yubisleidis
Aguilar
¡¿Quién como
yo, que soy fuego
consumidor?! He venido a ella con poder y he quemado todo
lo que podía
encontrarme; la he llenado del Espíritu Santo y la usaré
como instrumento de mi Espíritu para predicar,
y ganar almas
para mi reino. Amén.
Superintendente
Emilio González.
Moisés Betancourt
Moisés, hoy
vengo a bendecirte, no más flaquezas. Es
tiempo de afirmar los pies en
la roca, mira que el
tiempo está listo para
la gran tribulación;
solo los firmes en mi fe, en mi Palabra, en mi oración
y obediencia, podrán resistir
y entrar a la gloria.
Amén.
Superintendente
Emilio González.
Flora
M. Batista Castillo
El pasado
oscuro lo he transformado en resplandor
de mi Espíritu. Unida al grupo de mis ungidos. Luchó por la promesa y la alcanzó. Mi Espíritu en ella. Déjate
usar y serás usada con poder.
Superintendente
Emilio González.
Micaela Villavicencio
Mi Espíritu
como una muralla para protegerte. Espero de ti frutos. No más descuidos; los descuidos traen dolor y sufrimientos. Yo
soy tu refugio: confía en mí. Amén.
Obispo
Eugenio García.
Yadira
Henry Thomas
Yadira, hoy
te vuelvo a perdonar, no más descuidos, déjate guiar por mí que soy tu buen pastor
y te quiero
llevar a mi remanso de paz, donde hay buenos pastos. No quiero
ver más debilidad en
ti, hija mía; ya estás
fortalecida para que venzas, porque yo soy todo poder.
Superintendente
Juan Charón.
Mensajes del Espíritu
Santo. Bayamo 23 y 24 de marzo de 2013.
Maisel
López
Es mi ungida,
tierna, joven, pero llena de mi Espíritu
Santo para que
pueda vencer. Gloria, gloria en
las alturas, y en
la tierra buena voluntad y paz
para los que me
buscan. Yo soy
y vengo pronto a dar el galardón
a los que me sean fieles.
Obispo
Onésimo Rodríguez.
Amaury Zaldívar
Hijo, te
vuelvo a levantar
dándote nuevamente mi Espíritu.
Amaury, es tiempo de que mis
hijos sean transparentes, porque el
que anda en
la verdad alumbra, mas los que se contaminan con
las tinieblas no
ven la luz. Alumbra
en medio de
las tinieblas. Cuídate del mal
y tendrás vida eterna. Ungido, ungido.
Amén.
Superintendente Emilio González.
Yaritza Góngora
Hoy ha descendido la
lluvia divina sobre el campo
florido donde te he puesto, para
que tengas a
tu cuidado las flores que han de
germinar, y a ti te he emblanquecido con
el resplandor de mi
Espíritu Santo. Guárdalo
bien en el cofre
del buen tesoro,
para que nadie te quite la
oportunidad que te doy. Orando y
ayunando, trabaja con amor
y verás los
frutos en el
campo; gózate conmigo. Amén.
Superintendente
Emilio González.
El resto de
los mensajes serán publicados en la próxima edición del Mensajero de los
Postreros Días.
PALABRAS DEL FUNDADOR A LOS PASTORES
DE HOY
Por el Evangelista Raimel Barrios
Izquierdo.
Amados hermanos, en
esta edición de nuestra revista,
he querido poner a su alcance una selección de textos escritos por
el fundador de nuestra institución, Ernest
William Sellers, quien se inmortalizó
entre nosotros y para la historia como el Apóstol Daddy John.
Es una selección extraída de los Mensajeros de los
años 1939 a
1947. Se sienten en estas
palabras todo el ardor de este
siervo de Dios
a favor de la evangelización y
la ganancia de
almas para el reino, son palabras dichas hace muchos años,
pero mantienen toda la frescura
y la pertinencia
para estos tiempos en que la
iglesia ha dado
un giro radical hacia su razón de ser y hacia los principios fundamentales de su fundación. "No hay nada tan poderoso como
una idea a la que le ha llegado su hora”,
dijo Víctor Hugo.
Creo firmemente que estamos viviendo la hora en que
todas estas ideas se están haciendo realidad
dentro del cuerpo
ministerial de la Iglesia del Señor en nuestro país. Son varios los tópicos que trata nuestro fundador en esta selección que presentamos,
pero todos giran sobre el tema pastoral: “Los
pastores que son vivos harán nota de los miembros
ausentes de los
cultos, e irán
pronto a visitarlos, antes
que sean llevados
tan lejos por la
corriente que no
podrán volver”.
Un pastor
perezoso hace a una congregación
perezosa. Piedras vivas avivarán a
otras. Pónganse en
fuego para la obra
del Señor y
encenderán otros fuegos. Reciban a todos con una sonrisa, y harán
sonreír a otros, y muy pronto habrá millares
y millares de sonrisas sólo porque se ha sonreído. Los
pastores deben recordar dividir la ciudad o distrito de sus actividades en zonas. Deben
tener círculos de
estudios bíblicos del
hogar en cada
zona, también bandas de oración victoriosa y una banda misionera.
La liga
de oración se constituirá con
los miembros que han
reunido las calificaciones. La Escuela Sabática es la semilla sembrada para
nutrir la Iglesia. El poder se manifiesta en proporción a la unanimidad y unión
de su pueblo. “Es bueno
tomar una vacación
una vez al año de una o dos semanas por lo menos”. Sin embargo, algunos
discuten que el diablo nunca toma vacaciones, así que ¿por qué el ministro lo
hace? Si es tomada la
vacación se debe
hacer algún arreglo para
continuar las enseñanzas,
cultos de oración y la Escuela Sabática, por
lo menos, para
que el público —algunos
que vienen de lejos—
no se desanimen al encontrar un anuncio sobre la puerta “No hay cultos, el
pastor está de vacaciones”. Ponga
en lista a
todas las personas que encuentre, cualquiera de los obreros que esté interesado en nuestra
causa y
póngales en una
lista especial de oración para cada junta.
Se deben
recibir los informes
de distintos obreros; repasar la
lista con cuidado y nombrar obreros
calificados para visitar
estos hogares. Si no
da resultado, enviar
a otro a la próxima
semana, usando juicio y
oración. Que se haga
la oración antes de salir.
Si alguno está haciendo buena obra,
obteniendo la victoria, ganando almas,
es mejor no
cambiar aquél. Lo que queremos es
traer las almas. Lleve
un récord completo
del trabajo de semana
en semana y
edifique sabiamente. Nuestro programa
para evangelizar a Cuba: “Cada miembro un obrero”. Cuba dividida
en seis provincias, 13 distritos, 27 divisiones. Dos
discípulos o más en
cada división. Estaciones
de predicación donde
quiera, al aire
libre. Una Escuela Sabática en
cada batey. Día de esfuerzo el
primer sábado de cada
trimestre. Una sociedad de esfuerzo cristiano en cada iglesia organizada
con un pastor. Las ciudades serán divididas en zonas. Círculos de estudios
bíblicos en cada zona. Bando victorioso
de oración en las zonas de las ciudades. Liga de oración en las iglesias
que tengan un pastor local. Comités de enfermos para visitar a
todos los enfermos,
sean miembros o no. Ayuno y
oración por lo menos en los
jueves. Esfuerzos especiales en
todas las iglesias con pastor por tres días cada mes.
Los evangelistas
celebrarán avivamientos especiales en otras ciudades durante una semana o más por lo menos dos veces al año. Avivamientos de
distritos en distintos lugares una vez por mes.
Avivamientos de provincia, en distintas ciudades una vez al mes. Conferencia
Oriental: provincias de Santa
Clara, Camagüey y Oriente,
en el mes
de enero de cada
año. Conferencia Occidental: provincias
de Matanzas, Habana y Pinar
del Río, en el mes de
julio de cada
año. Conferencia General en la provincia de Santa Clara, Matanzas o La
Habana el primer lunes del mes de mayo. Recuerden el concurso
de este
año y adelanten en el servicio. “La sanidad divina”.
“Lleven al pastor,
o a un
ungido de Dios de cualquiera
de las
iglesias organizadas del Bando Evangélico Gedeón, a todos
los que sufren
de cualquier enfermedad: paralítico,
ciego, leproso, especialmente aquellos
que han sido desahuciados por los hombres y hospitales,
dejados a morir. Si estos creen en el
Señor Jesucristo que
es el mismo, ayer, hoy, y por los siglos”, y le
darán a él toda la gloria
y la honra, usando su salud
y fuerza para
su gloria, serán completamente sanados exactamente como en los días cuando Jesús andaba en
la tierra.
Jesús nada
cobraba por alguno de sus servicios, tampoco nosotros. Yo puedo ver
la cabeza de Satanás asomándose
en muchos lugares. Una de las primeras
obras que el
diablo hace es conseguir que
el pastor o la pastora deje
su lugar, es
decir, su iglesia, por un tiempo, solo para ir a visitar, o dar una carrera: “Todo para la
gloria de Dios”, dicen ellos, pero al mismo tiempo Satanás está tomando toda la gloria en
el lugar que
ellos dejaron, destruyendo la
simiente que ellos sembraron, desanimando
la membresía, desarraigando las plantas nuevas y
tiernas. Los ungidos
serán tenidos responsables por esto. “Orden general No. 4. Mayo 21 de 1946”.A todos
los pastores: Saludos en el nombre de Jesús. ¡Arrepentíos y volved a la
imagen de Dios! Cada pastor que no produce
los frutos y
trae las gavillas, será
quitado de su
cargo, aunque haya que poner a un capitán ungido en su lugar.
¡Todo en acción para Dios!
Muertos para sí
y vivos para Cristo.
“Nerón
está tocando el violín mientras Roma está
ardiendo”. Las visitas de casa en
casa van siendo descuidadas. El miércoles,
el día de visita, el pastor o pastora falla en visitar la
membresía en
sus hogares. El próximo
sábado, puede que
sus asientos estén vacíos.
Los enfermos y moribundos están llamando para
la sanidad divina, pero… “Lo sentimos, estamos terriblemente atareados”. La buena simiente
que fue plantada
en la viña del Señor ha salido y
está tratando de retoñar y llevar
los frutos, pero no se le da
cuidado, porque no hay
viñero (pastor) que la visite, y
la hierba, las cizañas y las espinas, ahogaron la Palabra y fue sin
fruto.
No hay pastor
que vele, y los
lobos se roban
las ovejas. No hay fruto para el
Maestro, y será un
día malo de
paga, cuando Jesús venga. El
verdadero pastor cuidará sus ovejas para que no se salgan del rebaño, y aun dejará
las noventa y
nueve en el redil e irá a buscar a la oveja que se ha descarriado. ¿Qué
se podría decir
del predicador de santidad
que deja sus ovejas descarriarse del rebaño (la Iglesia)
y ni siquiera las visita en sus hogares
para averiguar la
razón de su ausencia, siendo
un alma por
la que Cristo murió? En un caso
tal, ¿no ha perdido ese
predicador su santidad?, y si es así, ¿no es un pecador? “El pecado
está en aquel
que sabe hacer
lo bueno, y no
lo hace”. “El
que hace pecado es del diablo”.
LA OPINIÓN FEMENINA
El hogar es la base de la sociedad y
la iglesia
Por la evangelista Carmen Rebeca Verdecia
Toledano.
Haz de tu
hogar una columna de fe y apoyo de la verdad; que los tuyos encuentren siempre
a tu lado el oasis en el desierto de la vida, y la paz en medio
de tanta discordia.
Que encuentren amor donde
hay tanto egoísmo y
odio. Tu amor incondicional es la clave. Comenzaremos por
descubrir en qué estado se halla
nuestra relación, de ahí depende todo lo demás. Quisiera que hiciera tuyo este
lema: El éxito en el matrimonio no es encontrar a
la persona adecuada, sino ser la persona adecuada.
No hay un
dolor más grande que el de un matrimonio
infeliz. Es una carga
muy pesada. Por
lo general los cuentos
de hadas y
las novelas terminan diciendo
así: “Y fueron felices para
siempre”. En realidad las
cosas a veces
salen mal, y nos encontramos con
hogares destruidos por la ira,
el resentimiento, la incomprensión, la
infidelidad y la falta de AMOR.. Queremos ayudarte a
superar esta situación,
y si es posible
que la evites
haciéndote estas preguntas, eligiendo
con una x la respuesta que mejor describa
tus sentimientos.
Parte 1: De
recién casados…
Nos tocábamos,
besábamos, nos declarábamos
nuestro amor y
teníamos detalles tiernos.
_______
Totalmente falso (1punto)
_______
Falso (2 puntos)
_______
Cierto (3 puntos)
_______ Muy
cierto (4 puntos)
¿Cuán a
menudo mostrábamos impaciencia, enojo, o
satisfacción?
_______ A
menudo (1 punto)
_______ A
veces (2 puntos)
_______ Rara
vez (3 puntos)
_______ Casi
nunca (4 puntos)
Mi pareja y
yo sentíamos que nos pertenecíamos; estábamos
profundamente enamorados.
_______
Falso (1punto)
_______ Más
o menos cierto
(2 puntos)
_______
Cierto (3 puntos)
_______ Muy
cierto (4 puntos)
Uno o ambos
pensábamos que no éramos compatibles.
_______ Muy
cierto (1punto)
_______
Cierto (2 puntos)
_______
Falso (3 puntos)
_______Totalmente falso
(4 puntos)
Parte 2: A los
2 años de
casados…
Nos tocábamos,
nos besábamos, nos declarábamos nuestro
amor y teníamos
detalles tiernos con menos
frecuencia que de recién casados.
_______
Totalmente falso (1 punto)
_______
Falso (2 puntos)
_______
Cierto (3 puntos)
_______ Muy
cierto (4 puntos)
Mostrábamos más
impaciencia, enojo o insatisfacción.
_______ Muy
falso (1 punto)
_______
Falso (2 puntos)
_______
Cierto (3 puntos)
_______ Muy
cierto (4 puntos)
Nos
sentíamos mucho menos unidos.
_______
Falso (1 punto)
_______ Más
o menos cierto
(2 puntos)
_______ Cierto
(3 puntos)
_______ Muy
cierto (4 puntos)
Me sentía
mucho más confundido
(a) o preocupado (a) por la
relación.
_______ Muy
falso (1 punto)
_______
Falso (2 puntos)
_______
Cierto (3 puntos)
_______ Muy
cierto (4 puntos)
PUNTUACIÓN
Sume sus
puntos de la parte 1:
4 a 8 puntos
= pertenece al grupo A
9 a 16
puntos = pertenece al grupo B
Sume sus
puntos de la parte 2:
4 a 8 puntos
= pertenece al grupo C
9 a 16
puntos = pertenece al grupo D
A + C =
Felicidad relativa.
Su unión tiene más conflicto y ambivalencia de lo deseable,
pero es poco lo que ha perdido en
cuanto a buenos sentimientos. Parece
marchar por inercia
y que no
va a toparse con grandes escollos.
Para meditar:
Muchos de los que
tienen una relación semejante están
satisfechos, y consideran que
su matrimonio es una
base estable y
tranquilizadora que les permite
dedicar atención a la profesión, a los hijos, o las aficiones.
Otros no están satisfechos, pe-ro sienten que
las ventajas de la unión
superan las desventajas. Unos cuantos llegarán a
separarse para ir en pos de UN
GRAN AMOR.
B + C = Un gran amor
Tiene UD.
una unión en
la que reina el
amor y la
armonía. Quizás haya perdido una pizca de su brillo inicial cuando las realidades mundanas del
matrimonio les exigieron más
tiempo. Pero UD.
Se siente seguro. Las
cosas buenas por
las que se casaron siguen vigentes.
Para meditar:
Tiene todo lo necesario para una unión feliz, estable y
duradera. El éxito de los dos
primeros años sugiere que UD. Y su
pareja funcionan juntos como el termostato: cuando hace frío,
eliminan la corriente de aire; cuan-do hace calor, encuentran la manera de
hacer circular aire fresco.
A + D = Dúo
que se desintegra…CUIDADO
UD. y su
pareja no son muy afectuosos y con frecuencia expresan su mutua inconformidad.
El amor que alguna vez sintieron por el otro se desvaneció poco después de la boda. Seguramente ya se dieron cuenta de
que su matrimonio está en la cuerda floja.
Para meditar:
Pregúntese: ¿Pensé
que nuestros problemas
se resolverían una
vez que contrajéramos matrimonio?
¿Qué cambios necesitaría
ver en mi
pareja para ser feliz?
¿Qué posibilidades hay de
que
estos cambios se
den? ¿Hasta qué grado deben
deteriorarse las cosas para pensar que el matrimonio ya no vale la pena? ORE POR ESTO, no se deje vencer,
haga el esfuerzo por ser feliz.
B + D =
Amantes distanciados:
Aunque UD. y
su cónyuge todavía están enamorados, hay nubarrones en el horizonte. Los
altercados y la pérdida de afecto pueden despertar dudas acerca del futuro de
la unión matrimonial.
Para meditar:
Hay cierto
riesgo de llegar a un divorcio, pero el deterioro no tiene por qué continuar. Pregúntese: ¿Caímos en
una trampa al
idealizar el matrimonio? ¿Pensábamos que teníamos
garantizado el amor del otro? ¿Nos ha llevado nuestra desilusión a sentir frustración y enojo? ¿Acabarán nuestras constantes
discusiones con el amor que todavía nos queda? Puedes realizar esta encuesta en
la reunión de damas o en la programación del martes con los matrimonios, eso
ayudaría muchísimo a todos. Recuerda que con Dios todas
las cosas son posibles y lo importante es que entiendas que tu pareja es la
persona adecuada.
CELEBRA LA IGLESIA EN CUBA CONVENCIÓN DE PASTORES 2013.
Con el título
“Pastor, ama a tu rebaño y crecerá”, se efectuó en la capital del país la Convención de Pastores 2013, con
la participación de la máxima dirección de la Iglesia
Internacional, encabezada
por el apóstol
director, Miguel Rodríguez.
En la noche del
24 de febrero
tuvo lugar la bienvenida
a la delegación extranjera presente para la cita y a
los líderes de los
diversos territorios de país, quienes por tres días
expusieron sus resultados de trabajo y de esa manera intercambiaron temas
de interés para la iglesia como el fortalecimiento y crecimiento
espiritual, así como
el papel del pastor como guía de las congregaciones, el
cual debe trabajar
revestido de amor
y unción para atraer la mayor cantidad de
almas posible al rebaño.
Los tres días de
encuentro, comenzaron con los
devocionales matutinos, regalando
cada jornada Una hora con Dios, donde la unción, capacitación y envío fueron
las peticiones de
cada hermano en la labor
de predicar el evangelio.
La cita
fue propicia para
presentar el proyecto de
ordenación y unción
de los misioneros que
representan las obras y cometidos
a lo largo de toda la Isla, para ser
ordenados como Pastores
llamados. Ellos son:
Superintendentes Elías Cruz y
Juan Charón; Supervisores Tomás Simpson, Reinaldo Pino,
Isaí Simpson y
Yordis Durán; Maestro Evangelista Nelvis Nay; Evangelistas Delvis Guilarte y Raimel Barrios; Pre Evangelista Lisandro
García; así como los Predicadores Auxiliares Jorge Nelson López y Fernando
Palmero.
Un momento emotivo
resultó la presentación
de cinco hermanos
que se estrenan como misioneros y
que plasmaron sus rúbricas
como Predicadores Auxiliares:
Nelson Escalona, Walfrido Nápoles, Reinerio
Fernández, Junior Pérez y Jorge Cruz.
Los representantes de
los departamentos infantil y
juvenil tuvieron participación
exclusiva, al entregar
un módulo de literatura para niños a cada territorio y
hacer un llamado
a efectuar la cruzada juvenil con
la finalidad de rescatar a
10 000 jóvenes
para Cristo, y así
lograr una participación masiva en
la próxima Conferencia juvenil de agosto, en la ciudad de Camagüey.
También se
presentó el Manual
del reglamento operativo del
Ministerio Pastoral en Cuba y
el libro de la
Escuela Sabática, este
último con recomendaciones para los pastores de utilizarlo eficientemente, con el objetivo de poder evaluar su uso en
las congregaciones y de cuyos resultados expondrán en la próxima Convención,
con carácter extraordinario, que
ha de celebrarse en octubre
venidero.
El apóstol Miguel Rodríguez,
en intervención especial llamó a
solidificar el matrimonio, pues
constituye la base para el
sostén de la Iglesia, por lo que es necesario que líderes y pastores cuiden
de ello, con
respeto, fidelidad, amor,
y buenas palabras. Pidió además fortalecer
el ayuno y la oración,
como
la clave para
llevar adelante cada batalla
y obtener el triunfo.
El fundador
de estos encuentros, desde hace 27 años, el obispo
David López, instó a celebrar un nuevo año de vida del Director internacional de la Iglesia, que
junto a su esposa, honraron con su
presencia las jornadas de trabajo de esta reunión.
La Convención
de Pastores 2013, terminó
con un sabor
alentador por haber incorporado
doscientas personas a la Iglesia
durante el pasado año y los nuevos propósitos de continuar añadiendo
almas para este. La unción y
capacitación serán siempre necesarias para decir:
“Heme aquí, envíame a mí”.
C u r i o s i d a d e s:
¡Aparejad el
camino del Señor...!
Sin dudas el
desarrollo de los caminos y carreteras
contribuyó a la predicación del
Evangelio. Fueron los persas los primeros en desarrollar un buen sistema de carreteras,
porque sin ello no podían mantener las comunicaciones y el gobierno a través de
su imperio. Pero los romanos fueron los más destacados constructores de
carreteras: “todos los caminos
llevan a Roma".
Las carreteras romanas eran rectas y aniveladas, y se hacían
de cuatro capas de material.
Los romanos pusieron piedras miliares a
lo largo de
las carreteras (1.478 m,
4.850 pies por milla romana). Estas piedras daban una
indicación de la distancia, y también servían para otro propósito: La ley
romana establecía que un soldado podía obligar a un paisano a llevar su carga
de una picara miliar a la siguiente. Jesús tenía esto en mente cuando dijo que
si alguien nos obliga a ir con él por una milla deberíamos estar dispuestos a
ir otra (Mt. 5:41).