miércoles, 7 de agosto de 2013

El noveno Mensajero



La columna del director
Me ha tocado escribir esta columna en un estado de  inmovilidad parcial. Hace más de un mes permanezco en  reposo debido  a  una  fuerte  crisis  de  sacro lumbalgia.  Esta  inactividad  me  hace pensar,  con  frecuencia,  en  la  dicha  de poder  movernos.  Es  muy  cierto  que nadie valora en su  justa medida  lo que tiene hasta que  lo pierde.  ¡Qué maravilloso  es  el  acto  de  caminar!,  y  apenas reparamos en ello. Ir y venir, cumpliendo  nuestros  deseos,  tiene  un  valor  incalculable,  sobre  todo  si nuestro andar es en  la senda del bien. Mejor aún, si a dondequiera  que  vamos  llevamos  la Palabra  de  vida,  la  verdad  de Dios,  el Evangelio  de  salvación.  Como  dice  la Escritura: “¡Cuán  hermosos  son  sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia  la paz, del que trae  nuevas  del  bien,  del  que  publica salvación, del que dice a Sion: ¡Tu Dios reina!” (Is. 52:7).
Definitivamente,  el  cristiano  que  no colabora con la obra de evangelización, está muriendo. No quiero decir que en el cuerpo de Cristo todos seamos evangelistas,  sino  que,  de  alguna  manera, todos  tenemos  que  cooperar  con  esa tarea. Es una  responsabilidad que pesa sobre  cada  uno  de  los  hijos  de  luz: unos la apoyan cantando, otros haciendo  milagros,  otros  llevando  sanidad, otros instruyendo, otros levantando los templos… pero en conjunto, esa variedad  tiene  solo un propósito: dar  a  conocer el amor del Padre Celestial. Nuestros misioneros más  viejos  cuentan  cómo  iban de pueblo  en pueblo,  a pie, cargados con decenas de Mensajeros para distribuir, y con la encomienda de no dejar ningún batey ni caserío sin recibir  el  mensaje  más  importante  de todos los tiempos: El Dios Creador del  universo,  envió  a  su Hijo  para  que  el hombre  pueda  reconciliarse  con  su Hacedor,  porque  de  tal  manera  amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que  todo  aquel que  en él  cree,  no  se  pierda,  mas  tenga  vida eterna  (Jn.  3:16).
Es  fascinante  pensar que  poco  tiempo  después  de  fundada nuestra  institución,  ya  sus  heraldos habían  recorrido  todo  el  territorio  cubano.  Llevaron  el Evangelio  hasta  los rincones más  apartados  de  este  archipiélago  caribeño. El  sacrificio  de  ellos constituye  un  legado  precioso  y  un desafío a las nuevas generaciones, porque no podemos vivir de glorias pasadas,  tenemos  que  crecer,  y  la  iglesia crece  en  la  proclamación  del Evangelio.
Gracias  a  Dios  hoy  no  es  necesario recorrer  decenas  de  kilómetros  a  pie, con  la hamaca a cuestas, sin un centavo en el bolsillo, con hambre, con  los zapatos  remendados;  esa  etapa  fue superada.  Dios  permitió  que  sucedieran  esas  cosas  para  que  nuestro  cimiento  fuera  firme; pero  ahora disponemos  de medios  y  recursos,  no  permitamos  que  las  facilidades  de  la  vida moderna se conviertan en obstáculo o entretenimiento.
Nuestra misión como iglesia, o  como  individuos, no  es buscar  prosperidad material:  de  nada  nos vale  construir  un  suntuoso  templo  si no  sabemos  llenarlo  con  almas  que vengan  sedientas  de  la  verdad. Recordemos  el  pensamiento  de  Martí:  “El verdadero  hombre  no  se  pregunta  en qué  lado  se  vive  mejor,  sino  de  qué lado  está  el deber”,  y  el  ineludible deber del cristiano está en la predicación.
Superintendente Eliezer Simpson Jackson
Presidente de la iglesia en Cuba.

Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados,  esclavos  de  concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros. Pero cuando  se manifestó  la  bondad  de Dios  nuestro  Salvador,  y  su  amor para  con  los  hombres,  nos  salvó, no  por obras  de  justicia que  nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia,  por  el  lavamiento  de la regeneración y por  la renovación en  el Espíritu  Santo,  el  cual  derramó  en  nosotros  abundantemente por  Jesucristo  nuestro  Salvador, para que  justificados por  su  gracia, viniésemos a  ser herederos conforme a  la esperanza de  la vida eterna (Tit. 3:3-7). 
Se ha reconocido que estas palabras fueron dichas por Napoleón Bonaparte,  emperador  de  los  franceses, cuando estaba deportado en Santa  Elena:  “Conozco  a  los  hombres,  y  te  digo  que  Jesús  no  es hombre. Nos manda  a  creer,  y no da más  razón que  sus  temibles  palabras:  Yo  soy  Dios. Los  filósofos  tratan  de  los misterios del universo con sus disertaciones  vacías.  Necios: son como el niño que llora por tener la  luna  como  juguete.  Cristo jamás    titubea.  Habla  con autoridad.  Su  religión  es  un misterio;  pero  subsiste  por  su  fuerza  propia. 
Él persigue y  exige de manera más absoluta  el amor de  los hombres,  la  cosa más difícil de conseguir en todo el mundo. Alejandro,  César  y  Aníbal  conquistaron  el mundo, pero no tuvieron amigos. Yo mismo soy quizá la única persona de mi época  que  amé  a  Alejandro,  a  César  y  a Aníbal. Alejandro, César, Carlomagno y yo  hemos  fundado  imperios;  pero  ¿sobre qué? Sobre  la  fuerza.  Jesucristo  fundó  su imperio  sobre  el amor, y  en  estos momentos  hay millones  que  darían  la  vida  por él…  ¿Qué  abismo  hay  entre  la  miseria mía y el reino eterno de Cristo, aquel que es  proclamado,  amado  y  adorado,  y  cuyo reino  se  está  extendiendo por  toda  la  tierra? Te digo que Jesucristo es Dios”. 
Así  resumía  el  famoso militar  la  diferencia  entre  la  fuerza  impuesta  y  el amor  voluntario.    también  puedes identificarlo,  pues  todavía  Jesús  sigue amándonos  y  logrando  que  su  reino siga en la tierra. Encuéntralo y disfruta de su compañía. 

Cruza el Jordán  conmigo 
Por el Pre Evangelista Abraham  Fernández.

 
El capítulo 13 de Números relata que luego de mucho  tiempo  los  israelitas llegaron  al  Jordán;  solo  este  río  los separaba  de  la  tierra  que Dios  había prometido a  sus antepasados. Pudieron  haber  llegado  antes;  pero  su  rebelión  y  murmuraciones  motivadas por  el  informe  desalentador  de  diez de los doce espías, hizo que el Señor castigara  a  todos  aquellos  que  amedrentaron al pueblo para no conquistar  la  tierra  de  Canaán,  diciendo: “Ojalá  muriéramos  en  la  tierra  de Egipto, o en este desierto, ojalá muriéramos”.  Irónicamente,  Dios  les concedió su petición y los hizo vagar por cuarenta años en el desierto hasta que  aquella  generación  pereciera; después de esto ya estaban a un paso de  entrar  en  la  tierra  de  la  promesa.
Fue  entonces  cuando  las  tribus  de Rubén y Gad  (que  tenían mucho ganado),    vieron  la  región  de  Jazer  y Galaad  y  les  pareció  idónea  para ellos; por eso fueron donde Moisés y le pidieron que los dejara establecerse en ese  lugar. El siervo de Dios comprendió el peligro de aquella acción y les  dijo:  “¿Irán  vuestros  hermanos  a la  guerra,  y  vosotros  os  quedaréis aquí? ¿Por qué desanimáis a los hijos de Israel, para que no pasen a la  tierra  que  Jehová  les  ha  dado?” Entonces  los  hizo  prometer  que  pasarían con todo el pueblo para ayudarlo a conquistar la tierra prometida.
Hoy, a casi tres mil quinientos años de ese evento, se me antoja pensar que estamos en una situación semejante, por-que  ahora  que  la  iglesia  ha  decidido abandonar  el  desierto  de  la  pereza (por  el  que  hemos  vagado  por muchos  años),  romper  las  ataduras  que nos  impiden predicar el Evangelio, y conquistar a Cuba para Cristo, siguen existiendo  tantos  que  prefieren  no cruzar  el  Jordán,  porque  tienen  que abandonar  demasiadas  cosas:  están muy cómodos en su heredad. 
No es hora de comodidades ni posesiones,  del  otro  lado  hay  un mundo que  está  pidiendo  ser  conquistado, hay familias esperando el consuelo de Dios,  hay  jóvenes  desorientados  esperando  una  luz  en  el  camino,  hay niños  abandonados  soñando  con recibir amor, hay millones oprimidos por  el  vicio  esperando  libertad. Muchos de ellos perecen por falta  de  hombres  como Josué  y  Caleb,  que  enfrentaron al pueblo amedrentado por los gigantes y dijeron: “Subamos  luego  y  tomemos  posesión de  la  tierra,  porque más podremos  nosotros  que ellos”.
Es  Jesucristo  quien  nos invita hoy: “Cruza el Jordán conmigo, ayúdame a rescatar  almas,  a  llevar paz, amor y consuelo; no estarás solo ni  desarmado,  llevas  la  Espada  del Espíritu y  los gigantes  se desinflarán delante de ti. Devolvámosle el cariño al anciano olvidado, a  la esposa maltratada.  Traigamos  a  los  que  un  día fueron  mis  hijos  y  hoy  están  en  el mundo. Ven, únete a este ejército de paz.  No  temas,  hay  más  poder  en nosotros que en el mundo, porque el amor  es  la  fuerza más  poderosa  del universo”.      ¿Responderás  al  llamado?


 

Predicar  el  Evangelio: ¿opción  u obligación? 
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;  enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. (Mt. 28:19,20).
Aunque ha sido siempre nuestra razón de existir; desde hace algún tiempo la iglesia  hace  hincapié  en  su  misión  y visión.  Estos  vocablos  son  propios  de la  ciencia  de  la  dirección.  El  primero significa  encargo,  encomienda;  el  segundo  apunta  hacia  el  ideal,  la  perspectiva,  viene  a  ser  como  el  plan  estratégico de una institución. La misión está expuesta en  las palabras del Mesías,  y  es  ir  y  predicar  el  Evangelio  a todos  (Mt.  28:19,20). 
La  visión  es  un anuncio profético: Llenar  la  tierra del conocimiento  de  Dios  (Is.  11:9,  Hab 2:14). La indicación de Cristo habla de discipular,  y  empezó  a  distorsionarse desde el principio, pues no se refiere  a  trasmitir  cualquier  versión  de  su doctrina, sino a enseñar, expresamente,  lo  que  él  había  mandado  (nunca mandó a incumplir la Ley de Dios).  El mundo  está  sordo  para  la  Palabra Eterna,  sordo  para  todo  lo  bueno,  y eso  es  frustrante para  los predicadores del Evangelio. De ahí que muchos se  rindan  porque,  “de  todos  modos, nadie  se convierte”; o asumen posturas como predicar cuando no se corre ningún  riesgo  o  cuando  hay  alguna probabilidad  de  éxito,  o  hacerlo  superficialmente, sin ninguna  responsabilidad.
Pero  la  iglesia  no  está diseñada para encerrarse en sí misma, sino para moverse. Una iglesia que no se mueve es como  agua  estancada,  que  se  pudre. La  iglesia  es manantial  de  agua  viva porque  la  alienta  el  Espíritu  de Dios. Tiene que ser como el mar de Galilea, que recibe las aguas del Jordán por el norte  y  las  deja  fluir  por  el  sur,  para que siga regando fertilidad por la tierra.  Además,  no  hay  alternativa,  la misión  es  un  mandamiento.  Analicemos las palabras de Pablo: “Si predico el  Evangelio,  no  puedo  presumir  de nada por ello, porque lo hago porque estoy  obligado.  ¡Pobre  de    si  no predicara  el  Evangelio!  Si  lo hiciera por  propia  elección,  merecería  una recompensa; pero si  lo tengo que hacer, (…), es porque se me ha encargado esta tarea. ¿Cuál es mi recompensa entonces?  Únicamente  presentar  el Evangelio gratis mediante la   predicación, para no hacer uso de  los privilegios  que  me  corresponderían como  predicador”  (1Co.  9:15-18,  traducción de W. Barclay).
Escudriñemos también el  texto del profeta Ezequiel: “Hijo de hombre,   yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel;  oirás,  pues,    la palabra de mi  boca,    y  los  amonestarás de mi parte. Cuando yo dijere al  impío: De cierto morirás; y  tú no  le amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino a  fin de que  viva, el  impío morirá por su maldad, pero  su sangre demandaré de  tu mano. Pero  si  tú amonestares al impío, y él no  se convirtiere de  su  impiedad  y  de  su mal  camino,  él morirá por  su maldad, pero  tú habrás  librado tu  alma.  Si  el  justo  se  apartare  de  su justicia e hiciere maldad,  y pusiere  yo tropiezo delante de él, él morirá, porque tú no  le amonestaste; en su pecado  morirá,  y  sus  justicias  que  había hecho no vendrán en memoria; pero su sangre demandaré de tu mano. Pero si al  justo  amonestares  para  que  no  peque, y no pecare, de cierto vivirá, porque fue amonestado; y tú habrás librado tu alma” (Ez. 3:17-21).
Es obvio que  la evangelización constituye una obligación del cristiano. Ahora bien, ¿cómo llevar a cabo esta encomienda?  La  Escritura  nos  da  claves. Hay  una  forma de  evangelizar  que  es anterior  al  uso  de  la  palabra,  y  es  el ejemplo. Cristo  lo  dijo  de  esta  forma: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas  obras,  y  glorifiquen  a  vuestro  Padre que está en los cielos” (Mt.  5:16). Otra  clave  se  halla  en  Stg  1:27:  “La religión  pura  y  sin mácula  delante  de Dios  el  Padre  es  esta:  Visitar  a  los huérfanos y a las viudas en sus  tribulaciones,  y  guardarse  sin  mancha  del mundo”. Esto se refiere a obras de caridad,  y  es  una  forma  de  mostrar  el amor de Dios por la humanidad.
La  siguiente está en el capítulo arriba citado de  la 1ra epístola a  los  corintios:  “Por  lo cual,  siendo libre de todos,  me he hecho siervo  de  todos  para  ganar  a mayor  número.  Me  he  hecho  a  los  judíos  como judío,   para ganar  a  los  judíos; a  los que están  sujetos a  la  ley  (aunque yo no esté sujeto a  la  ley) como sujeto a  la  ley, para ganar a los que están sujetos a la ley; a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley  (no  estando  yo  sin  ley  de Dios,  sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están  sin  ley.  Me  he  hecho  débil  a  los débiles, para ganar a  los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos  salve  a  algunos.  Y  esto  hago  por causa  del  evangelio,  para  hacerme  copartícipe de él”  (1Co. 9:19-23).
Esta última  frase hace  referencia al  sacrificio del que  ha  aceptado  la  cruz  del  Señor  y  se niega a sí mismo. Esto no significa que el apóstol  Pablo  viviera  una  vida  desordenada  y que  sacrificara  incluso  sus principios  morales  por  ganar  a  alguien;  sino que  se  valía  de  los  argumentos,  de  las circunstancias, de la cultura de las personas  para  acercarse  a  ellas,  como  lo  demostró en muchas ocasiones. 
La última proviene también de Pablo: “Te encarezco  delante  de  Dios  y  del  Señor Jesucristo, que  juzgará a  los vivos y a  los muertos  en  su  manifestación  y  en  su reino, que prediques  la palabra; que  instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye,    reprende,   exhorta con  toda paciencia y doctrina” (2Ti. 4: 1-2). Esto parte de una  idea veterotestamentaria  que  dice: “Por  la mañana siembra tu semilla, y a  la tarde  no  dejes  reposar  tu mano; porque no sabes cuál es lo mejor, si esto o aquello, o  si  lo  uno  y  lo  otro  es  igualmente bueno”  (Ecl.  11:6).  Aquí  la  Escritura  nos enseña  que  no  se  debe  esperar  las  condiciones  ideales, porque el alcance del hombre no le da para comprender la vasta obra de Dios, por tanto es mejor actuar siempre, y esperar a que él prospere lo que hacemos.
Con  respecto  a  la  visión,  sabemos que eso tendrá cumplimiento cuando el Mesías  regrese.  Tanto  Isaías  como Habacuc, los dos profetas que se refirieron a esto, hablaban de ese momento  futuro;  incluso  Isaías  escribió:  “Y  vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid,  y subamos  al monte  de  Jehová,  a  la  casa  del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová” (Is. 2:3). “Y de mes en mes,  y  de  día  de  reposo  en  día  de reposo, vendrán todos a adorar delante de mí,  dijo  Jehová”  (Is.  66:23). Cuando Jeremías  anunció  el  nuevo  pacto  dijo: “Pero  este  es  el  pacto  que  haré  con  la casa de  Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi  ley en su mente, y la  escribiré  en  su  corazón;  y  yo  seré  a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.  Y  no  enseñará  más  ninguno  a  su prójimo,  ni  ninguno  a  su  hermano,  diciendo: Conoce a  Jehová; porque  todos me  conocerán,  desde  el  más  pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová;  porque  perdonaré  la  maldad  de ellos, y no me acordaré más de su pecado”  (Jr.  31:33-34). 
Y  sabemos  que  esto no  se  ha  cumplido;  el  nuevo  pacto  se estableció, pero no se ha cumplido; eso es igual que un testamento que se firma al  nacer  un  niño;  pero  se  estipula  que ese  niño  será  heredero  cuando  cumpla la mayoría de edad; de  igual manera el nuevo  pacto  se  firmó  con  la  sangre  de Cristo;  pero  nuestra  mayoría  de  edad llegará  con  la  segunda  venida  del Mesías,  la herencia  llegará  con  su  regreso.
Por supuesto, la iglesia no hace mal con tener  esa  visión,  pues  indica  que  tiene su  vista,  su  ideal,  ubicado  en  la  venida de Cristo, y sabemos que el Señor,   juez justo, nos dará en aquel día la corona de justicia a todos los que amamos su venida (2Ti 4:8).  
Ver a Jesús
Por el Supervisor Ramón  Pastor Verdecia.
Muchos, en el tiempo del paso de Jesús por este mundo, en su ministerio de  redimir  al  pecador  de  su maldad, tuvieron  el  gran  privilegio  de  verlo, desde  su nacimiento hasta  su  regreso al cielo;  unos para su salvación y otros para su condenación. Los que  le amaron  le  creyeron,  lo  aceptaron  como Salvador y  le siguieron. Los que  le negaron lo condenaron y participaron en su  muerte. 
Desde  entonces,  a  todos aquellos que de una forma u otra, y en distintas  épocas,  nos  han  llegado  las buenas  nuevas  de  la  salvación,  todos, hemos  deseado  ver  a  Jesús.   Unos  lo demuestran  en  sus  cantos  de  alabanzas,  otros,  en  sus  escritos,  y  muchos, tratando  de  vivir  una  vida  entregada por entero al servicio del Señor.  Este deseo de ver a Jesús  lo encontramos en  la Palabra de Dios, en muchas ocasiones  y  por  distintas  personas.
Unos  griegos  le  dijeron  a  Felipe  que querían  ver  a  Jesús:  “Y  había  ciertos griegos  de  los  que  habían  subido  a adorar en la fiesta; estos pues se llegaron  a  Felipe,  que  era  de  Betsaida  de Galilea,  y  le  rogaron, diciendo:  señor, querríamos  ver  a  Jesús”  (Jn.    12: 20, 21).  El rey Herodes, viendo a Jesús, se holgó  mucho,  porque  hacía  tiempo que deseaba verle: porque había oído de él muchas  cosas  y  tenía esperanza de que le vería hacer alguna señal (Lc. 23: 8).    Sus  discípulos,  además  de acompañarle  durante  tres  años,  comieron  con él después de  resucitado.
En  esa  ocasión  Jesús  les  dijo: “Venid, comed. Y ninguno de los  discípulos  osaba  preguntarle;  ¿Tú, quién  eres?  Sabiendo  que  era  el  Señor” (Jn. 21: 12).  Estos mismos discípulos,  y  otros más,  le  vieron  subir  al cielo:  “Y habiendo  dicho  estas  cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una  nube  que  le  ocultó  de  sus ojos” (Hch. 1: 9).  Allí mismo recibieron  la promesa de volver  a verlo:  “Y estando  con  los  ojos  puestos  en  el cielo,  entretanto  que  él  iba,  he  aquí dos  varones  se pusieron  junto  a  ellos con vestiduras blancas, los cuales también  les  dijeron:  Varones  Galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo  Jesús,  que  ha  sido  tomado  de vosotros  al  cielo,  así  vendrá  como  le habéis  visto  ir  al  cielo”  (Hch.  1: 10, 11).  
Yo  creo que,  así  como muchos  en  el pasado    vieron  a  Jesús  en  distintas formas  y  con  distintos  resultados,  así será  en  el  futuro.  Lamentablemente, incluso  algunos que  se nombran  cristianos,  recibirán  la  triste noticia de  su rechazo:  “No  todo  el  que  me  dice: Señor,  Señor,  entrará  en  el  reino  de los cielos; sino el que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor,  ¿no  profetizamos  en  tu  nombre,  y  en  tu nombre  lanzamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?  Entonces  les  declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores  de  maldad”.  (Mt.  7:  21-  23)
 También en el capítulo veinticinco de este  libro,  en  los  versículos  del  31  al 46,  leemos  un  pasaje  que  nos  dice bien a las claras cómo, en qué estado, y en qué condición volveremos a   ver  a  Jesús: unos para alegría eterna, y otros  para  condenación  perpetua. Nuestro deseo y oración es que todos aquellos  a  quienes  llegue  esta  palabra de  amor,  puedan  ser  acogidos  en  ese gozo sin fin.             
El juicio de Nuremberg
Por el Predicador Arkadi Lahera.
Después  de  la  Segunda Guerra Mundial  (1939-1945), se  llevó a cabo, en  la ciudad alemana de Nuremberg, uno de los  juicios más difundidos de  la historia moderna. En este proceso el mundo  acusaba  a  los  principales  cabecillas nazis  que  sobrevivieron  a  la  guerra. Pese a  todo el  rigor en  la vigilancia de los acusados, algunos de ellos lograron evadir  la  sentencia  del  tribunal;  por ejemplo, el mariscal Göering,  segundo al  mando  del  ejército  después  de Hitler,  logró  envenenarse  en  su  celda con  una  cápsula  de  cianuro  potásico.
Es  curioso  que,  incluso  luego  de  presenciar  los  horrores  que  ellos  habían causado,  la mayoría  de  estos  fascistas aún se consideraban inocentes y justificaban  sus  acciones. Muchos  hombres han  tratado  de  que  haya  justicia  en  la tierra;  algunos,  creyendo  hacer  lo bueno,  han  mandado  a  otros  a  la muerte.  Numerosos  criminales  han evadido el castigo y se sienten bien con su  suerte,  y  afirman  que  nadie  tiene derecho  a  juzgarlos  porque  nadie  es perfecto. Quizá nunca  se han preguntado  si  escaparán  del  juicio  divino.
¿Podrán  sobornar a Dios para que  los deje  en  libertad?  ¿Podrán  escapar  a donde él no los encuentre? El juicio de Dios es inevitable, todo lo que escondes saldrá a  la  luz. En el  juicio final no valdrá el dinero ni  la pericia  de  los  abogados.  Ante  el  tribunal divino  no  faltará  la  prueba,  hasta  los pensamientos más  íntimos de  tu corazón  serán  examinados.  Nada  podrá evitar que el Juez Supremo golpee con el  martillo  en  el  estrado  y  te  declare culpable. La única manera de  salir  absuelto  es  acogerte  hoy  al  perdón  de Cristo.
 
1.  Algunas  personas  no  tienen  fe en  Dios  para  ser  sanos.  Stg. 5:15.
2.  El  pecado  personal  sin  confesar crea una barrera a  la gracia de Dios. Stg. 5:16.
3.  La  desunión  persistente  y  extensa,  y  la duda de  los  creyentes  impiden  la  sanidad  de  la iglesia:  el  cuerpo    de    Cristo.   1  Co. 11:30.
4.  Por  falta  de  perseverancia:  algunos  creyentes  suponen  que Dios siempre sana al instante, y cuando  no  reciben  respuesta inmediata dejan de orar.
5.  Por  desconocimiento  del  problema, que muchas veces no es físico, o no es solamente físico. Es imprescindible que los fieles orienten  a  los  enfermos  y  les enseñen  a  comprender  la  gran dimensión del pecado y su relación con la enfermedad, pues  todas las cosas en la vida de una persona están interrelacionadas.
6.  Hay que buscar  la sanidad en  la  dirección  correcta. Debe  comenzarse  con  la instrucción  en  la  Palabra de  Dios,  porque  algunos tendrán un toque sobrenatural y otros solo recibirán alivio  o  consuelo,  y  tendrán que recurrir a la ciencia  médica. 
Algunos  no serán  sanados  por  ningún medio.  Por  consiguiente es  importante  ejercer  el don  de  discernimiento para distinguir  la voluntad de Dios, para  instruir  con sabiduría  y  para  manejar prudentemente estas áreas tan profundas de la vida.

Caridad es una visita fiel de la iglesia de Cascajal,  propuesta  para  candidato  al bautismo;  es  una mujer  cuyo mayor  deseo  es  agradar  a  Cristo  cada  día  de  su vida.  La  primera  vez  que  Caridad  nos pidió  la  oración  de  sanidad  fue  por  su esposo, quien llevaba varios días sin dormir  debido  a  una  fuerte  neuralgia.  Fuimos  a  su  casa,  oramos  por  él  y  le  ungimos  con  aceite, y  a partir de  ese día  los dolores desaparecieron y ambos pudieron dormir bien. 
En el pasado mes de febrero de este año,  Elaine, la sobrina de Caridad, que vive en La  Lisa,  fue  ingresada  en  el  Hospital Militar de Marianao. El único diagnóstico que Caridad conocía de ella era que se trataba  de  una  enfermedad  fatal,  que  la muchacha  se  hallaba  en  un  estado  grave y que, de un momento a otro, recibiría la noticia de su muerte.
Desesperada,  Caridad  fue  a  vernos  a  la iglesia y nos contó  la situación. Nos dijo que tenía fe en que Dios iba a sanar a su sobrina. De  inmediato nos  tiramos  todos de rodillas e hicimos una súplica ferviente.  Luego  seguimos  orando  por  ella  durante varios días. 
Por  fin, el dieciocho de  febrero, Caridad nos visitó con la noticia de que Elaine se encontraba  fuera  de  peligro,  que  le  habían dado de alta con su salud restablecida.  Entonces  volvimos  a  postrarnos  de rodillas,  esta vez para darle muchas gracias a Dios por su misericordia.
También el hogar de Marisol, otra vecina de Cascajal, fue bendecido con la sanidad divina. Su esposo, quien es obrero  agrícola, hacía días que no podía ir al trabajo por una crisis de sacro-lumbalgia; ni siquiera  podía  bajarse  de  la  cama.  Los visitamos una tarde e hicimos la oración y el ungimiento con aceite. Al día siguiente se levantó y pudo caminar. Marisol, que a propósito del padecimiento de  su  esposo, había hecho una promesa a Dios de servirle,  y  sus  hijas  Iscandia  e  Isclaudia,  de diecisiete y catorce años, son visitas fieles de la iglesia.
Por último contaremos el testimonio de la sanidad  en  la  familia  de Milagros,  quien es  candidata  al  bautismo.  Ella  tiene  un nieto  llamado  Cristian,  de  once  años  de edad.  Este  niño,  a  los  pocos  meses  de nacido,  comenzó  a  tener  problemas  de salud. Cuando mi esposa y yo  llegamos a Cascajal como pastores, en el mes de marzo de 2012, Cristian no hablaba, y, en vez de  caminar  se  arrastraba.  La  familia  lo sacaba  de  la  casa  en  un  sillón  de  ruedas.
Oramos por él y  le aplicamos el aceite de la unción, y gracias a Dios, de este niño se puede decir hoy que corre como cualquier otro  muchacho  de  su  edad.  Todavía  no articula bien las palabras, pero se entiende lo que habla. Dios ha obrado hasta donde ha  querido,  según  su  propósito,  y  todos los  que  conocemos  a  Cristian  estamos muy  agradecidos. También  oraron  por  él los  hermanos  Elías  Cruz  y  Marcelino Cruz. Por  todas  estas  obras  de  sanidad  que muestran el amor de nuestro Padre Celestial  deseamos  darle  honor  y  gloria  a  su santo nombre.
 
El chivo barba tiesa*
Barba  Tiesa  era  un  chivo  viejo  con tarros  grandes  y  retorcidos,  que  se creía lindo y no entendía el por qué tenía  que  andar  por  el  parque  con una campanita amarrada en el pescuezo, y halando un  carretón azul y rojo  lleno  de  muchachos,  mientras en el  zoológico había animales mucho  más  feos,  que  vivían  sin  hacer nada.  Según  su  opinión,  él merecía estar  allí,  en  una  jaula,  para  que  le tiraran  frutas  o  dulces  como  a  los demás; sin embargo, el portero no  lo dejaba  entrar.  Así  que  un  día  se amarró una bolsa de  lona en  la barriga,  se  sentó  en  las patas de  atrás, dobló  las de adelante  recogidas como  si  fueran manitos  y  se  apareció dando  saltos a  la entrada del  zoológico.
—Yo  soy  primo  hermano  del  canguro y quisiera pasar a visitarlo —le dijo al portero.
  ¿¡Sííí!?  No  me  digas…  ¿Y  desde cuándo  los  canguros  tienen  tarros y barba, y son tan apestosos? Tú eres el chivo —le contestó el portero y cerró la puerta.
Barba Tiesa se fue; pero no se dio por vencido. Se cortó  los tarros,  se afeitó la barba,   se dio un baño con champú, se puso una manguera en el hocico y de nuevo se apareció, bamboleándose  lentamente, en el  zoológico.
—Yo  soy  el  nieto  del  elefante  y quisiera  saludarlo —le dijo al portero.
  ¿¡Sííí!?  No  me  digas….  ¿Y  desde cuándo  te  cambiaron  las  orejonas por  esas  orejitas,  y  las  patotas  por esas  patitas  finas?    eres  el  chivo —le  contestó  el  portero  y  cerró  la puerta.
Siguió  tratando  de  confundir  al guardián  de  la  puerta,  haciéndose pasar por mono, cebra y por cuanto animal  había  en  el  zoológico;  pero no consiguió nada. Convencido de que no podía engañar a nadie, decidió seguir siendo lo que era; se enganchó el carretoncito azul y rojo con banderitas de colores y  la campanita en el pescuezo, y  se apareció  con el  carrito  lleno de niños  en  el  zoológico. 
Desde  que  el portero lo vio se quitó la gorra y haciéndole un saludo como si se tratara de un príncipe le dijo: — ¡Pase usted, señor chivo!  ¡Qué lindo se ve hoy y que bien acompaña-do viene! Y le abrió la puerta de par en par.
*Cuento  del  escritor  artemiseño  Pedro  B. Lorenzo  Gómez,  tomado  del  libro Don  Chivote de las manchas, en proceso editorial. 

La tortuga y el águila
Una tortuga a un águila rogaba
Le enseñase a volar; así le hablaba:
“Con solo que me des cuatro lecciones,
Ligera volaré por las regiones;
Ya remontando el vuelo
Por medio de los aires hasta el cielo,
Veré cercano al sol y las estrellas,
Y otras cien cosas bellas;
Ya rápida bajando,
De ciudad en ciudad iré pasando;
Y de este fácil delicioso modo
Lograré en pocos días verlo todo”.
El águila se rió del desatino;
Le aconseja que siga su destino,
Cazando torpemente con paciencia,
Pues lo dispuso así la Providencia.
Ella insiste en su antojo ciegamente.
La reina de las aves prontamente
La arrebata, la lleva por las nubes.
“Mira”, le dice, “mira cómo subes”.
Y al preguntarle luego: “¿Vas contenta?”,
Se la deja caer y se revienta.
Para que así escarmiente,
Quien desprecia el consejo del prudente.
 Félix María Samaniego,  Fábulas morales.

El abuelo Ramiro y el árbol
Por el miembro Rayner Pérez Pelegrín
 ¡Abuelo!  —Gritaba  Carlos  mientras atravesaba la puerta y dejaba en la silla la  mochila  de  la  escuela—.  ¡Abuelo, quiero ser un árbol!  El  Abuelo  Ramiro  lo  miró  con  ojos curiosos  y  una  pregunta  se  le  salió  de los labios: —¿Un  árbol?  ¿Y  a  qué  viene  eso muchacho?
—¡Sí  abuelo!,  un  árbol  grande,  con muchas  ramas  llenas de hojas verdes y lleno  de  frutos,  tan  alto  que  pueda  ver los  amaneceres  desde  que  empiezan  a clarear en el horizonte. Mientras  hablaba,  Carlos  se  había subido  en  una  silla  y  permanecía  con los brazos extendidos, parado en puntillas de pie, pretendiendo ser un árbol. 
De  repente  una  pregunta  del  abuelo hizo que el niño bajara de la silla.
—Y se puede saber ¿cómo vas a lograrlo? 
— ¡Ay,  abuelo! —dijo  Carlos  casi  llorando— es  solo un  sueño, es que en  la clase  de  ciencias  estudiamos  los  árboles, y son  tan  fuertes y útiles... pero yo sé que no puedo lograrlo. 
— ¡¿Quién  dijo  que  no?! —Exclamó  el anciano—. Hay una manera. 
A  Carlos  le  brillaron  los  ojos  y  en  su rostro  se  dibujó  la  esperanza.  El  anciano continuó:
—La Biblia  dice  en  el  Salmo  1:2  y  3, que  aquel  que  medita  en  la  Ley  de  Dios de día y de noche, será como árbol plantado  junto  a  corrientes  de  aguas, que da  su  fruto  en  su  tiempo  y que  su hoja no cae. Si quieres, tú puedes ser un árbol  que    fruto,  que    sombra  al afligido, que sea refugio del débil, solo tienes que meditar en su Palabra que es un río de agua viva.
El niño de un salto volvió a subirse a  la silla,  ahora  con  más  ánimo  y  con  los brazos hacia el cielo, y con gran alegría gritó: — ¡Sí abuelo, yo quiero ser un árbol! 
El  abuelo  Ramiro  dejó  escapar  una  lágrima de sus ojos, y entendió que estaba frente  a  una  pequeña  planta  que  un  día sería un gran árbol, fuerte y robusto, que traería fruto y bendición. Lo más glorioso  era  que  el  anciano  se  propuso  en  su corazón,  desde  aquel  día,  ser  parte  del gran sueño de aquel niño.

LA  LUZ   Y LA OSCURIDAD
Por  el miembro de  la Brigada de Luz Orlando Pimienta Izaguirre.
En el principio Dios creó cielo y tierra,  y  fue  esta    su  voluntad primera. En Génesis 1:3 manifestó una orden: “Y dijo Dios: Sea la luz, y fue la luz”.     Anterior  a  estas palabras  el universo era  un  completo  desorden  y  él  instauró  la  luz,  claridad  que  permitió terminar  la creación y ordenar   aquel  revuelto mundo;  aún  hoy  la  palabra luz designa y significa la presencia del Creador.
También  hizo  al  hombre  a su imagen y semejanza; así que debemos  amar  la  luz  y  huir  de  las  tinieblas. El  ojo  humano  y  la  vista  son  altamente preciados por el hombre, mucho más que el resto de los sentidos. Los  ojos  están  preparados  para  ver en luminosidad y en sombras, pero la diferencia  entre  ambas  variantes  es abismal.  En  la  retina  existe  un  pigmento  responsable  de  la  visión  en lugares  iluminados  y  otro  pigmento  para  la  visión  en  la  oscuridad. Normalmente el primero se convierte en el segundo y viceversa en dependencia  del  grado de  visibilidad del  lugar en el cual estemos.
Cuando salimos de un  lugar  iluminado y entramos a uno oscuro demoramos  mucho  en  poder  ver,  minutos después ya vemos, y al pasar una hora  somos  capaces  de  distinguir  las figuras, pero no los colores con igual nitidez  a  cuando  estamos  en  la  luz. En cambio vemos rápido y bien al  salir de  lo oscuro y entrar en  lo claro. Así  también  le  sucede  a nuestra visión espiritual.
Guiados  y  engañados por  las  tentaciones, abandonamos  la  luminiscencia  para  entrar  en  esos  caminos  tenebrosos que están plagados de peligros, de  caídas, de muerte. Nuestro ojo  espiritual  demora  mucho  en distinguir  en  tinieblas  y  así  transcurren meses  y  años  en  esa  situación hasta  que  podemos  divisar  el  sol  al final del camino. Millones de personas viven sumidos en esa oscuridad que ahora cubre al mundo,  reforzada  y  sostenida  por  los  medios  de difusión  y  los  diversos  entretenimientos que entorpecen a  las almas, llenándolas de  corrupción  y vicio,  a la vez que los aleja de la fuente de la vida.
¡Cuán  diferente  es  el  sentido  inverso! El salmista afirmó lo siguiente: “Porque  contigo  está  el  manantial  de  la vida;  en  tu  luz  veremos  la  luz”.    (Sal. 36:9) ¡Cuán rápido nos adaptamos a la luz del Señor  cuando dejamos detrás  la noche  negra!  ¡Qué  diferencia  tan grande  entre  su  claridad  y  la  lobreguez  del  mal!  ¡Qué  apacible  dicha nos regala cuando nos ilumina! Vivir en la luminiscencia de Jesús es vivir  junto a un sol que  resplandece cada  amanecer  y  que  no  nos  abandona, aun cuando sea de noche; nos ayuda a   evitar contrariedades y nos depara  una  posibilidad  de  salvación y  de  vida  eterna,  guiados  por  su inacabable amor.
Resplandecidos  en  Jesucristo  somos como  semilla  que  germina,  como  árbol  bueno  que,  bajo  el  sol,  llena  de frutos  sus  ramas;  o  como  rosal,  que florece  para  beneficio  y  placer  de  todos. En la Biblia, especialmente en el Nuevo Testamento,  se  cuenta  de  los  ciegos que recuperaron  la vista al ser curados por el Señor Jesucristo. Muchos
volvieron a ver la luz de este mundo, y a millones  les fueron abiertos  los ojos del alma, sacándolos de  las  tinieblas y llevándolos  a  la  única  fuente  de  vida. Lamentablemente  muchos  vuelven  a cerrarlos  y  se  precipitan  en  las  sombras.  
Él  nos  hizo  a  su  voluntad,  por  tanto debemos amar, buscar  y seguir esa luz que él creó desde el primer momento. También mantenerla encendida y ayudar a esparcirla, siendo antorcha y faro para los que nos rodean. El  apóstol Pedro  escribió  las  siguientes  palabras  a  los  hermanos  que  seguían  caminos  erráticos  en  la  vida   cristiana: “Tenemos  también  la  palabra  profética más segura, a  la cual hacéis bien en estar atentos como  a  una  antorcha  que  alumbra  en  lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de  la mañana  salga  en  vuestros  corazones”. 2Pedro 1:19.
Es  la  Palabra  de  Dios  esa  luz  y  esa antorcha; y es Jesús el sol de la mañana que se dispone a salir cada amanecer en tu vida y en la de los tuyos, para esclarecer  y  salvar  de  las  tinieblas  del pecado.
 
LA COMUNICACIÓN MÁS EFECTIVA
Por el Predicador Sergio O. de la Cal Cruz
Cuando  hablamos  de comunicación,  nos estamos  refiriendo  al proceso  a través  del cual  se  trasmite  determinada  información  de  un  agente  a otro, ya sea por  la escritura, el habla u otro método. Dicho fenómeno requiere  de  un  transmisor,  un mensaje  y  un receptor  para  que  se  ejecute  eficazmente  el  intercambio  de  opiniones, sentimiento o cualquier información.
Básicamente  la  comunicación  cumple con  tres funciones principales:
1. Función  Informativa, que  está  relacionada con la transmisión y recepción del caudal de la experiencia social e histórica o de  cualquier  otro  orden; 
2. Función Afectiva,  tiene  que  ver  con  el  peso afectivo  que  deposita  el  emisor  sobre su  mensaje  en  concordancia  con  la trascendencia  del  mismo; 
3.  Función Reguladora,  donde  se  establece  una regulación  del  comportamiento  de  los individuos  respecto  a  sus  semejantes.
Esta  función  se  pone  de  manifiesto, por ejemplo, cuando se recibe por parte  de  alguien  alguna  censura,  invitándonos a la rectificación o al menos a la reconsideración de nuestros actos. La  comunicación  ha  sido  desde  siempre una necesidad del hombre. Pudiera parecer  que  es  un  arte  propio  de  los humanos,  lo que es una consideración inadecuada,  pues  en  el  reino  animal también  se  observa  como  un  hecho cotidiano  y  practicado  con  una  sistematicidad asombrosa. Comentemos  brevemente  algunos  ejemplos  de  comunicación entre animales. 
Las  hormigas  son  insectos  que  viven en colonias, que pueden agrupar a docenas  de  miembros  o  a  millones  de ellos, y que ocupan extensísimos  territorios.  Son  generalmente  carroñeras  o herbívoras  y  tienen un  alto  sentido de la orientación, a tal punto pueden recorrer  más  de  doscientos  metros  desde su nido en busca de alimento y no perder  luego  el  camino  de  regreso.  Para comunicarse,  estos  insectos  se  sirven de  las  feromonas  (sustancia  química secretada  para  lograr  determinado comportamiento  en  individuos  —generalmente— de  su propia  especie), las cuales son percibidas por sus largas y  delgadas  antenas,  que  también  ofrecen  mucha  información  acerca  de  la dirección y  la  intensidad de  los olores.
Las  hormigas  no  usan  las  feromonas sólo  para  dejar  rastros,  sino  también para otras  funciones vitales. Por ejemplo,  una  hormiga  aplastada  libera  una feromona de alarma que lleva a las que se  encuentren  en  las  proximidades  a una euforia frenética y atrae a más hormigas  de  otros  lugares. Algunas  especies incluso usan feromonas para  confundir  a  las  especies  enemigas  y hacerlas  luchar  entre  sí. También producen  sonidos  empleando  las  mandíbulas y otras partes de  su cuerpo para comunicarse  con miembros  de  su  colonia  y de otros grupos.
Las hormigas son  probablemente  el  único  grupo  a parte de  los mamíferos, en que  se observa el aprendizaje a partir de la imitación  del  comportamiento  de  otros miembros de la familia. Eso se observa cuando  una  recolectora  es  capaz  de conducir  a una  inexperta  a una  fuente de  alimento por medio de un proceso lento y tedioso.  La primera guía  con paciencia  a  la  segunda  hasta  su  objetivo,  ayudándola cuando  se  retrasa o  adelanta  y  conduciéndola al camino cuando se desvía de éste. Así  poco  a  poco  la  inexperta  va adquiriendo  la  información  necesaria hasta hacerse suficientemente lista para integrarse  en  el  grupo.  ¡Es  increíble cómo  se  ponen  de  manifiesto  entre estos  pequeños  animales  varias  de  las funciones  principales  de  la  comunicación descrita para los humanos!
Salgámonos  del  hormiguero  y  démonos  un  chapuzón  para  observar  a  los delfines. Ellos pueden medir entre dos y nueve metros de largo, y al igual que las hormigas, viven  en grupos  familia-res  (en  ocasiones  los  grupos  reúnen más  de  mil  miembros)  aunque    son estrictamente  carnívoros.  Se  encuentran entre  las especies más  inteligentes del planeta  y  así  como otros  cetáceos, utilizan  sonidos,  danzas  y  saltos  para comunicarse y alcanzar sus presas. Son capaces de estrechar lazos sociales muy fuertes, y esto se observa cuando  individuos heridos pueden recibir  atenciones  y  cuidados muy  esmerados de sus compañeros.
En el año 2005 se descubrió  una  especie  de  delfines  que enseñaba  a  sus  crías  a  emplear  herramientas  mientras  se  alimentaban:  usaban esponjas para proteger sus hocicos. Estos  mamíferos  marinos  son  muy hábiles en  la  función afectiva de  la comunicación. De vuelta a tierra firme, en la gran  sabana africana, encontramos a otro  formidable mamífero muy  comunicador: el  león. Es un carnívoro de  la familia de  los  félidos, en ocasiones  tan grande que  los machos pueden  llegar a pesar  250  kg. 
Yendo  directamente  al ámbito de su vida que ahora nos atañe, descubrimos  que  los  leones  realizan actos  de  sociabilización  a  través  de comportamientos  específicos  y  movimientos  expresivos  considerablemente avanzados.  Desarrollan  una  serie  de expresiones faciales y posturas corporales que sirven para transmitir mensajes. 
Hay manifestaciones  como  rascarse  la cabeza  o  los  lametones,  que  demuestran pasividad y sosiego. Emplean además  los  sonidos  como  base  de  su  comunicación;  incluyen  refunfuños,  ronroneos,  siseos,  toses,  maullidos,  ladridos y, lógicamente, rugidos.  Los leones poseen el rugido más fuerte de  los  félidos,  que  puede  escucharse  a una distancia de 8 km. ¡Así  de  asombroso!  Y  si  siguiésemos investigando  nos  pasmaríamos  de  los resultados. 
Aunque  estos  sistemas  de  comunicación  animal  son muy  desarrollados,  la comunicación humana es superior  debido  a  que  el  hombre  es  un  ser pensante  y bendecido  con  el  raciocinio,  lo que  lo ha  ayudado  a  elaborar sistemas de comunicación que hoy en día permiten romper las barreras más infranqueables  de  la  distancia  o  el idioma: personas de diferentes continentes pueden conversar, y hasta verse, gracias a las maravillas de la tecnología moderna. Y, ¿qué  tal si el hombre  empleara  todo  este  alto  nivel  de desarrollo  para  difundir  mensajes positivos? 
Vivimos en un mundo en decadencia donde a veces las personas no desean ni  encender  la  televisión  porque,  de inicio a  fin,  los noticiarios y segmentos  informativos solo reportan desastres  y mensajes negativos. Es  verdad que no  se puede  tapar  el  sol  con un dedo; es  imposible detener  la avalancha de calamidades que amenaza con aplastarnos, pero tal vez, si de cuando en  cuando  se  les  hace  saber  a  los hombres  que  hay  esperanza,  salud  y una vida eterna en la gloria con Jesús, se  equipararía  un  tanto  el  hastío  de esta vida pasajera, y se encendería un rayo de  luz para  todos  los que viven en tinieblas. 
 ¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sión: “¡Tu Dios reina!”! (Is. 52:7)
 
¿Sabes conversar?
Tomado  del  libro  Mil  ideas  para  ti  y  tu familia, de Gladys E. Egües  Cantero. Editorial de la mujer. La Habana 2009.
No, no sonrías, ni pienses que el tema no tiene  importancia, sobre todo porque  conversar  es muy  cotidiano  y  las palabras  resultan  esenciales  para  una expresión correcta.
1. Temas interesantes: El nivel de educación,  lecturas,  información  general, incluso  sensibilidad  personal  se  evidencian  en  la  conversación  diaria. El dominio  del  entorno,  saber  lo  que acontece  y  participar  con  opiniones meditadas,  resulta  necesario  a  la  hora del  diálogo.  Resultado: te  escucharán con agrado.
2.  Formas  de  proyección: Gestos  y maneras,  expresiones,  incluso  la  voz, todo influye. El éxito de ser bue inter-locutor  muchas  veces  reside  en  el tono  armonioso.  Hablar  con  alguien cuya voz sobresalga entre todas las del grupo  que  conversa  no  resulta  grato. Tenlo presente. También el hábito de cuchichear  en  cines,  teatros  o  en  un restaurante,  se  convierte  en  una  acción  fea  y desagradable.   Equilibrio  y medida rigen en todo. Piensa que cuando una persona habla no se dirige al mundo, sino solamente a quienes comparten  su conversación.
3.  Exactitud: Más  que  obligatorio  es relacionar  las  palabras  precisas  para calificar  y  comentar  los  hechos.  Las exageraciones dan lugar a modificar  (con malicia o sin ella) y  transformar lo  que  se  narra,  a  falsear  la  realidad. Evita distinguirte por ello.
4.  Brevedad: Aprende  a  soslayar  lo inútil y repetido. Así tendrás una forma  amena  de  expresión  porque  dar vueltas  para  decir  algo,  cansa.  Las explicaciones minuciosas estorban. El exceso  de  detalles,  aburre. Hace  que la mayoría de  las  veces  solo  te  escuchen por pura cortesía. Conversar es un diálogo. No acapares la palabra, ni pienses que  tienes  la verdad. Interesa tanto tu opinión como las de quienes te escuchan. De lo contrario la charla se convierte en un monólogo.
5. Claridad: Elimina  los  comentarios malévolos,  las críticas con dobleces y segundas intenciones. Destaca  lo humano  y hermoso de  la vida  y  rechaza  lo malo  con  palabras directas  y  justas.  La  esperanza  debe signar el lenguaje y atesorar la esencia de tu posición ante el hecho de existir y comunicarte.
Utiliza  las  palabras  que  apoyen  y  refuercen   tus   opiniones, con  la sencillez  necesaria  para  que  se  adecue  al ambiente  donde  se  produce  el  intercambio  comunicacional,  sin  rebuscamientos  artificiales.  La metáfora: tus formas de decir deben vestirse con la grandeza  de  los  diferentes  significados.
Creemos  que  aún  en  nuestros  tiempos  el  Espíritu  Santo  se  sigue  derramando sobre los fieles. Entendemos que el creyente no es ungido inmediatamente después de  ser bautizado en agua,  sino que el Espíritu  se debe pedir a Dios y  ser buscado con una vida de buen testimonio. Nuestra iglesia celebra cultos especiales de oración en espera de  la promesa del  Espíritu  Santo.  Estos cultos  son presididos por hermanos que, con discernimiento espiritual, auxiliados por el testimonio de otros ungidos y por señales en los que “esperan” —tales como el hablar otras lenguas—, declaran a  los nuevos santificados; para ello es imprescindible que  reciban un mensaje de Dios que confirme  la unción; esos mensajes son  los que publicamos en esta  sección y que acompañan a cada hermano, como una marca personal de la bendición divina. 

Andy Ángel López  
Bendecido,  lo  he  bendecido  con  mi Espíritu Santo porque él es fruto de  la tierra fértil. Jóvenes fuertes en Espíritu quiero,  para  que  trabajen  en mi  viña. La mies  está madura  y  faltan  obreros. Para  trabajar,  traigan  al  granero  el  trigo. 
Superintendente Emilio González.

Eddy Nelson López  
Joven a  ti  te digo  levántate   y  resplandece, porque hoy  te he  llenado de  luz para  que  alumbres  todo  el  tiempo,  lo sucio del pasado  lo borré  y he puesto en  ti  la  faz  de  mi  Espíritu,  mantente limpio para mi gloria. Amén.  
Superintendente Juan Charón.

Osvaldo A  Álvarez Ramírez  
Me  manifesté  con  poder,  claramente he hablado, hablen de mi poder, testifiquen de mi poder; no  teman, yo estoy con ustedes, busquen mi poder; tiempos difíciles  se  acercan,  y  solo  con mi poder podrán vencer. Amén.   
Obispo Eugenio García.

Irisdelvis Villavicencio 
Desde muy  temprano  te  llamé, hiciste muy  bien  en  escuchar  mi  voz,  tengo planes  grandiosos  contigo,  por  eso  te he  llenado  con  mi  poder  para  que anuncies mi  llamada, pues voy pronto a buscar a los míos, déjate usar por mi Espíritu  Santo,  él  te  guiará  si me  eres fiel. Amén.  
Superintendente Juan Charón.

Yusmani Naranjo 
Lo probé  y  lo oí  aceptar mi voluntad, está  lleno  de  mi  poder,  tus  luchas  te han  calificado  porque  te  apoyaste  en mí.  Bendecido  para  gloria,  sigue  apoyándote  en mí  y  te  usaré,  estás  lleno, lleno de mi poder. Decláralo.
 Superintendente Juan Charón.
Yubisleidis Aguilar 
¡¿Quién  como  yo, que  soy  fuego  consumidor?! He venido a ella con poder y he quemado  todo  lo  que  podía  encontrarme;  la he  llenado del Espíritu Santo y  la usaré  como  instrumento  de mi Espíritu para  predicar,  y  ganar  almas  para  mi reino. Amén. 
Superintendente Emilio González.

Moisés Betancourt  
Moisés, hoy vengo a bendecirte, no más flaquezas. Es  tiempo de  afirmar  los pies en  la  roca, mira que  el  tiempo  está  listo para  la  gran  tribulación;  solo  los  firmes en mi fe, en mi Palabra, en mi oración y obediencia,  podrán  resistir  y  entrar  a  la gloria. Amén. 
Superintendente Emilio González.

Flora M. Batista Castillo 
El pasado oscuro  lo he transformado en resplandor de mi Espíritu. Unida al grupo de mis ungidos. Luchó por la promesa  y la alcanzó. Mi Espíritu en ella. Déjate usar y serás usada con poder. 
Superintendente Emilio González. 

Micaela Villavicencio 
Mi Espíritu como una muralla para protegerte. Espero de ti frutos. No más descuidos;  los descuidos traen dolor y sufrimientos. Yo soy tu refugio: confía en mí. Amén. 
Obispo Eugenio García.

Yadira Henry Thomas 
Yadira, hoy te vuelvo a perdonar, no más descuidos, déjate guiar por mí que soy tu buen  pastor  y  te  quiero  llevar  a mi  remanso de paz, donde hay buenos pastos. No  quiero  ver más  debilidad  en  ti,  hija mía; ya estás fortalecida para que venzas, porque yo soy todo poder. 
Superintendente Juan Charón.

Mensajes  del Espíritu  Santo. Bayamo 23 y 24 de marzo de 2013.
 Maisel López
Es mi ungida, tierna, joven, pero llena de mi Espíritu  Santo  para  que  pueda vencer. Gloria,  gloria  en  las  alturas,  y en  la  tierra buena voluntad y paz para los  que  me  buscan.  Yo  soy  y  vengo pronto a dar el galardón a  los que me sean fieles. 
Obispo Onésimo Rodríguez.

Amaury Zaldívar
Hijo,  te  vuelvo  a  levantar  dándote nuevamente  mi  Espíritu.  Amaury,  es tiempo de que mis hijos sean transparentes,  porque  el  que  anda  en  la  verdad alumbra, mas  los que se contaminan  con  las  tinieblas  no  ven  la  luz. Alumbra  en  medio  de  las  tinieblas. Cuídate del mal y  tendrás vida eterna. Ungido, ungido. Amén.
 Superintendente Emilio González.

Yaritza Góngora
Hoy  ha  descendido  la  lluvia  divina sobre  el  campo  florido  donde  te  he puesto,  para  que  tengas  a  tu  cuidado las flores que han de germinar, y a ti te he  emblanquecido  con  el  resplandor de  mi  Espíritu  Santo.  Guárdalo  bien en  el  cofre  del  buen  tesoro,  para  que nadie  te  quite  la  oportunidad  que  te doy. Orando  y  ayunando,  trabaja  con amor  y  verás  los  frutos  en  el  campo; gózate conmigo. Amén. 
Superintendente Emilio González.
El resto de los mensajes serán publicados en la próxima edición del Mensajero de los Postreros Días.
PALABRAS DEL FUNDADOR A LOS PASTORES DE HOY
Por el Evangelista Raimel Barrios Izquierdo.
Amados hermanos,  en  esta edición de nuestra  revista, he querido poner  a  su alcance una selección de textos escritos por el fundador de nuestra  institución, Ernest William Sellers, quien se inmortalizó  entre nosotros  y para  la historia como el Apóstol Daddy John. 
Es una  selección extraída de  los Mensajeros  de  los  años  1939  a  1947.  Se sienten en estas palabras  todo el ardor de  este  siervo  de  Dios  a  favor  de  la evangelización  y  la  ganancia  de  almas para el reino, son palabras dichas hace muchos  años,  pero mantienen  toda  la frescura  y  la  pertinencia  para  estos tiempos  en  que  la  iglesia  ha  dado  un giro radical hacia su razón de ser y hacia  los principios  fundamentales de  su fundación. "No hay nada tan poderoso como una idea a la que le ha llegado su hora”,  dijo  Víctor Hugo. 
Creo  firmemente que estamos viviendo la hora en que todas estas ideas se están haciendo realidad  dentro  del  cuerpo  ministerial de la Iglesia del Señor en nuestro país.  Son varios los tópicos que trata  nuestro fundador en esta selección que presentamos, pero todos giran sobre el tema  pastoral:  “Los  pastores  que  son vivos harán nota de  los miembros  ausentes  de  los  cultos,  e  irán  pronto  a visitarlos,  antes  que  sean  llevados  tan lejos  por  la  corriente  que  no  podrán volver”.
Un pastor perezoso hace a una congregación  perezosa.  Piedras  vivas avivarán  a  otras.  Pónganse  en  fuego para  la  obra  del  Señor  y  encenderán otros fuegos. Reciban a todos con una sonrisa, y harán sonreír a otros, y muy pronto  habrá  millares  y  millares  de sonrisas sólo porque se ha sonreído. Los pastores deben recordar dividir la ciudad o distrito de  sus actividades en zonas.  Deben  tener  círculos  de  estudios  bíblicos  del  hogar  en  cada  zona, también bandas de oración victoriosa y una  banda  misionera. 
La  liga  de  oración  se  constituirá  con  los  miembros que  han  reunido  las  calificaciones.  La Escuela Sabática es la semilla sembrada para nutrir la Iglesia. El poder se manifiesta en proporción a la unanimidad y unión de su pueblo.  “Es  bueno  tomar  una  vacación  una vez al año de una o dos semanas por lo menos”. Sin embargo, algunos discuten que el diablo nunca toma vacaciones, así que ¿por qué el ministro lo hace? Si  es  tomada  la  vacación  se  debe  hacer algún  arreglo  para  continuar  las  enseñanzas,  cultos de oración  y  la Escuela Sabática,  por  lo  menos,  para  que  el público  —algunos  que  vienen  de  lejos— no se desanimen al encontrar un anuncio sobre la puerta “No hay cultos, el pastor está de vacaciones”. Ponga  en  lista  a  todas  las  personas que encuentre, cualquiera de  los obreros que esté interesado en nuestra causa  y  póngales  en  una  lista  especial  de oración para cada junta.
Se deben recibir  los  informes  de  distintos  obreros; repasar  la  lista con cuidado y nombrar obreros  calificados  para  visitar  estos hogares.  Si  no  da  resultado,  enviar  a otro  a  la próxima  semana, usando  juicio  y  oración. Que  se  haga  la  oración antes de  salir.  Si  alguno  está haciendo buena  obra,  obteniendo  la  victoria, ganando  almas,  es  mejor  no  cambiar aquél.  Lo  que  queremos  es  traer  las almas.  Lleve  un  récord  completo  del trabajo  de  semana  en  semana  y  edifique sabiamente.  Nuestro programa para  evangelizar  a Cuba: “Cada miembro un obrero”. Cuba dividida en seis provincias, 13 distritos, 27 divisiones.  Dos  discípulos  o  más  en cada  división.  Estaciones  de  predicación  donde  quiera,  al  aire  libre.  Una Escuela Sabática en cada batey. Día de esfuerzo  el primer  sábado de  cada  trimestre. Una sociedad de esfuerzo cristiano en cada iglesia organizada con un pastor. Las ciudades serán divididas en zonas. Círculos de estudios bíblicos en  cada zona. Bando victorioso de oración en  las zonas de  las ciudades. Liga de oración en las iglesias que tengan un pastor local. Comités de enfermos para visitar  a  todos  los  enfermos,  sean miembros o no. Ayuno  y oración por lo menos  en  los  jueves. Esfuerzos  especiales en todas las iglesias con pastor por  tres días  cada mes.
Los  evangelistas  celebrarán  avivamientos  especiales en otras  ciudades durante una  semana o más por  lo menos dos veces al año. Avivamientos  de  distritos  en  distintos lugares una vez por mes. Avivamientos de provincia, en distintas ciudades una vez al mes. Conferencia Oriental: provincias  de  Santa  Clara,  Camagüey  y Oriente,  en  el  mes  de  enero  de  cada año.  Conferencia  Occidental:  provincias  de Matanzas, Habana  y  Pinar  del Río,  en  el  mes  de  julio  de  cada  año. Conferencia General en la provincia de Santa Clara, Matanzas o La Habana el primer lunes del mes de mayo. Recuerden  el  concurso de  este  año  y  adelanten en el servicio.  “La sanidad divina”.
“Lleven  al  pastor,  o  a  un  ungido  de Dios de cualquiera de  las  iglesias organizadas del Bando Evangélico Gedeón, a  todos  los  que  sufren  de  cualquier enfermedad:  paralítico,  ciego,  leproso, especialmente  aquellos  que  han  sido desahuciados por los hombres y hospitales, dejados a morir. Si estos creen en el  Señor  Jesucristo  que  es  el  mismo, ayer, hoy, y por los siglos”, y le darán a él  toda  la gloria  y  la honra, usando  su salud  y  fuerza  para  su  gloria,  serán completamente sanados exactamente  como en los días cuando Jesús andaba  en  la  tierra.
Jesús  nada  cobraba por alguno de sus servicios, tampoco nosotros.   Yo puedo ver  la  cabeza de Satanás asomándose en muchos lugares. Una de  las  primeras  obras  que  el  diablo hace  es  conseguir que  el pastor o  la pastora  deje  su  lugar,  es  decir,  su iglesia, por un  tiempo, solo para  ir a visitar, o dar una carrera: “Todo para la gloria de Dios”, dicen ellos, pero al mismo tiempo Satanás está tomando toda  la  gloria  en  el  lugar  que  ellos dejaron, destruyendo  la simiente que ellos  sembraron,  desanimando  la membresía, desarraigando las plantas nuevas  y  tiernas.  Los  ungidos  serán tenidos responsables por esto.  “Orden general No. 4. Mayo 21 de 1946”.A  todos  los pastores: Saludos en el nombre de Jesús. ¡Arrepentíos y volved a la imagen de Dios! Cada pastor que no produce  los  frutos  y  trae  las gavillas,  será  quitado  de  su  cargo, aunque haya que poner a un capitán ungido en su  lugar.  ¡Todo en acción para  Dios! Muertos  para    y  vivos para Cristo. 
“Nerón está  tocando el violín mientras Roma  está  ardiendo”. Las  visitas de casa en casa van siendo descuidadas. El miércoles,  el día de  visita,  el pastor o pastora falla en visitar la membresía  en  sus  hogares. El  próximo  sábado,  puede  que  sus  asientos estén  vacíos.  Los  enfermos  y  moribundos  están  llamando  para  la  sanidad divina, pero…  “Lo sentimos, estamos  terriblemente atareados”. La buena  simiente  que  fue  plantada  en  la viña del Señor ha salido y está  tratando de retoñar y  llevar  los frutos, pero no  se  le  da  cuidado,  porque  no  hay viñero  (pastor) que  la visite, y  la hierba,  las cizañas y  las espinas, ahogaron la Palabra y fue sin fruto.
No hay pastor que vele,  y  los  lobos  se  roban  las ovejas. No hay  fruto para el Maestro, y  será  un  día  malo  de  paga,  cuando Jesús venga. El verdadero pastor cuidará sus ovejas para que no se salgan del rebaño, y aun  dejará  las  noventa  y  nueve  en  el redil e irá a buscar a la oveja que se ha descarriado.  ¿Qué  se  podría  decir  del predicador  de  santidad  que  deja  sus ovejas descarriarse del rebaño (la Iglesia) y ni siquiera las visita en sus hogares  para  averiguar  la  razón  de  su  ausencia,  siendo  un  alma  por  la  que Cristo murió? En un  caso  tal,  ¿no ha perdido ese predicador su santidad?, y si es así, ¿no es un pecador?  “El pecado  está  en  aquel  que  sabe  hacer  lo bueno,  y  no  lo  hace”.  “El  que  hace pecado es del diablo”.

LA OPINIÓN FEMENINA
El hogar es la base de la sociedad y la iglesia
Por la evangelista Carmen Rebeca Verdecia Toledano.
Haz de tu hogar una columna de fe y apoyo de la verdad; que los tuyos encuentren siempre a tu lado el oasis en el desierto de la vida, y la paz en  medio  de  tanta  discordia.  Que encuentren  amor  donde  hay  tanto egoísmo  y  odio. Tu  amor  incondicional es la clave. Comenzaremos  por  descubrir  en qué estado se halla nuestra relación, de ahí depende todo lo demás. Quisiera que hiciera  tuyo este  lema: El éxito en el matrimonio no es encontrar  a  la  persona  adecuada, sino ser la persona adecuada. 
No hay un dolor más grande que el de  un  matrimonio  infeliz.  Es  una carga  muy  pesada.  Por  lo  general los  cuentos  de  hadas  y  las  novelas terminan  diciendo  así:  “Y  fueron felices  para  siempre”.  En  realidad las  cosas  a  veces  salen mal,  y  nos encontramos  con  hogares  destruidos  por  la  ira,  el  resentimiento,  la incomprensión,  la  infidelidad  y  la falta de AMOR.. Queremos ayudarte  a  superar  esta  situación,  y  si  es posible  que  la  evites  haciéndote estas  preguntas,  eligiendo  con  una x la respuesta que mejor describa  tus sentimientos.
 Parte 1: De recién casados…
Nos  tocábamos,  besábamos,  nos  declarábamos  nuestro  amor  y  teníamos  detalles tiernos.
_______ Totalmente falso (1punto)
_______ Falso (2 puntos)
_______ Cierto (3 puntos)
_______ Muy cierto (4 puntos)
¿Cuán a menudo mostrábamos  impaciencia, enojo, o satisfacción?
_______ A menudo (1 punto)
_______ A veces (2 puntos)
_______ Rara vez (3 puntos)
_______ Casi nunca (4 puntos)
Mi pareja y yo sentíamos que nos pertenecíamos;  estábamos profundamente  enamorados.
_______ Falso (1punto)
_______  Más  o  menos  cierto  (2 puntos)
_______ Cierto (3 puntos)
_______ Muy cierto (4 puntos)
Uno o ambos pensábamos que no éramos compatibles.
_______ Muy cierto (1punto)
_______ Cierto (2 puntos)
_______ Falso (3 puntos)
_______Totalmente  falso  (4  puntos)
Parte  2: A  los  2  años  de  casados…
Nos  tocábamos,  nos  besábamos,  nos  declarábamos  nuestro  amor  y  teníamos  detalles  tiernos  con menos  frecuencia que de recién casados.
_______ Totalmente  falso  (1 punto)
_______ Falso (2 puntos)
_______ Cierto (3 puntos)
_______ Muy cierto (4 puntos)
Mostrábamos  más  impaciencia,  enojo  o insatisfacción.
_______ Muy falso (1 punto)
_______ Falso (2 puntos)
_______ Cierto (3 puntos)
_______ Muy cierto (4 puntos)
Nos sentíamos mucho menos unidos.
_______ Falso (1 punto)
_______  Más  o  menos  cierto  (2 puntos)
_______ Cierto (3 puntos)
_______ Muy cierto (4 puntos)
Me  sentía  mucho  más  confundido  (a)  o preocupado (a) por la relación.
_______ Muy falso (1 punto)
_______ Falso (2 puntos)
_______ Cierto (3 puntos)
_______ Muy cierto (4 puntos)


PUNTUACIÓN
Sume sus puntos de la parte 1:
4 a 8 puntos = pertenece al grupo A
9 a 16 puntos = pertenece al grupo B
Sume sus puntos de la parte 2:
4 a 8 puntos = pertenece al grupo C
9 a 16 puntos = pertenece al grupo D
A + C = Felicidad relativa.
Su unión  tiene más conflicto y ambivalencia  de  lo  deseable,  pero  es poco lo que ha perdido en cuanto a buenos  sentimientos.  Parece  marchar  por  inercia  y  que  no  va  a  toparse con grandes escollos.
Para meditar:
Muchos de  los que  tienen una relación  semejante  están  satisfechos,  y consideran  que  su  matrimonio  es una  base  estable  y  tranquilizadora que  les  permite  dedicar  atención  a la profesión, a los hijos, o las aficiones. Otros no están satisfechos, pe-ro  sienten  que  las  ventajas  de  la unión superan las desventajas. Unos cuantos  llegarán  a  separarse para  ir en pos de UN GRAN AMOR.

B + C = Un gran amor
Tiene  UD.  una  unión  en  la  que reina  el  amor  y  la  armonía. Quizás haya perdido una pizca de  su brillo inicial cuando las realidades mundanas  del  matrimonio  les  exigieron más  tiempo.  Pero  UD.  Se  siente seguro.  Las  cosas  buenas  por  las que se casaron siguen vigentes.
Para meditar:
Tiene todo  lo necesario para una unión feliz, estable y duradera. El éxito de  los dos primeros  años  sugiere que UD.  Y  su pareja  funcionan  juntos como el termostato: cuando hace frío, eliminan la corriente de aire; cuan-do hace calor, encuentran la manera de hacer circular aire fresco.
A + D = Dúo que se desintegra…CUIDADO
UD. y su pareja no son muy afectuosos y con frecuencia expresan su mutua inconformidad. El amor que alguna vez sintieron por el otro se desvaneció poco después de  la boda. Seguramente ya se dieron cuenta de que su matrimonio está en la cuerda floja.
 Para meditar:
Pregúntese:  ¿Pensé  que  nuestros  problemas  se  resolverían  una  vez  que contrajéramos  matrimonio?  ¿Qué  cambios  necesitaría  ver  en  mi  pareja para  ser  feliz?  ¿Qué  posibilidades  hay  de  que  estos  cambios  se  den? ¿Hasta qué  grado deben deteriorarse  las  cosas para pensar que  el matrimonio ya no vale  la pena? ORE POR ESTO, no se deje vencer, haga el esfuerzo por ser feliz.
B + D = Amantes distanciados:
Aunque UD. y su cónyuge todavía están enamorados, hay nubarrones en el horizonte. Los altercados y la pérdida de afecto pueden despertar dudas acerca del futuro de la unión matrimonial.
Para meditar: 
Hay  cierto  riesgo de  llegar  a un divorcio, pero  el deterioro no  tiene por qué continuar. Pregúntese: ¿Caímos  en  una  trampa  al  idealizar  el  matrimonio? ¿Pensábamos que teníamos garantizado el amor del otro? ¿Nos ha llevado nuestra desilusión a sentir  frustración y enojo? ¿Acabarán nuestras constantes discusiones con el amor que todavía nos queda? Puedes realizar esta encuesta en la reunión de damas o en la programación del martes con los matrimonios, eso ayudaría muchísimo a todos. Recuerda que con Dios  todas  las cosas son posibles y  lo  importante es que entiendas que tu pareja es la persona adecuada.
                 
CELEBRA LA IGLESIA EN  CUBA CONVENCIÓN DE  PASTORES 2013.

Con el título “Pastor, ama a tu rebaño y crecerá”, se efectuó en  la capital del país  la Convención de Pastores  2013, con  la participación de  la máxima dirección  de  la  Iglesia  Internacional, encabezada  por  el  apóstol  director, Miguel Rodríguez.
En  la  noche  del  24  de  febrero  tuvo lugar  la  bienvenida  a  la  delegación extranjera presente para  la cita y a  los líderes  de  los  diversos  territorios  de país, quienes por  tres días  expusieron sus resultados de trabajo y de esa manera  intercambiaron  temas  de  interés para la  iglesia como el fortalecimiento y  crecimiento  espiritual,  así  como  el papel del pastor como guía de las congregaciones,  el  cual  debe  trabajar  revestido  de  amor  y  unción para  atraer la mayor  cantidad de  almas posible  al rebaño.
Los  tres días de  encuentro,  comenzaron  con  los  devocionales  matutinos, regalando cada  jornada Una hora con Dios, donde  la unción, capacitación y envío  fueron  las  peticiones  de  cada hermano  en  la labor  de  predicar  el evangelio.
La  cita  fue  propicia  para  presentar  el proyecto  de  ordenación  y  unción  de los  misioneros  que  representan  las obras y cometidos a lo largo de toda la Isla,  para  ser  ordenados  como Pastores llamados.  Ellos  son:  Superintendentes  Elías Cruz  y  Juan  Charón;  Supervisores Tomás Simpson, Reinaldo Pino, Isaí  Simpson  y  Yordis  Durán;  Maestro Evangelista Nelvis Nay;   Evangelistas Delvis Guilarte y  Raimel Barrios; Pre Evangelista Lisandro García; así como los Predicadores Auxiliares Jorge Nelson López y Fernando Palmero.
Un momento  emotivo  resultó  la  presentación  de  cinco  hermanos  que  se estrenan como misioneros y que plasmaron  sus  rúbricas  como  Predicadores Auxiliares: Nelson Escalona, Walfrido  Nápoles,  Reinerio  Fernández, Junior Pérez y Jorge Cruz. 
Los  representantes  de  los  departamentos infantil y juvenil tuvieron participación  exclusiva,  al  entregar  un módulo de literatura para niños a cada territorio  y  hacer  un  llamado  a  efectuar la cruzada juvenil con la finalidad de  rescatar  a    10  000  jóvenes  para Cristo,  y  así  lograr  una  participación masiva  en  la  próxima  Conferencia juvenil de agosto, en  la ciudad de Camagüey.
También  se  presentó  el  Manual  del reglamento  operativo  del  Ministerio Pastoral  en Cuba  y  el  libro  de  la Escuela  Sabática,  este  último  con  recomendaciones para  los pastores de utilizarlo  eficientemente,  con el objetivo de poder evaluar su uso en las congregaciones y de cuyos resultados expondrán en la próxima Convención, con  carácter  extraordinario,  que  ha  de celebrarse en octubre venidero.
El  apóstol Miguel  Rodríguez,  en  intervención especial llamó a solidificar el  matrimonio,  pues  constituye  la base para  el  sostén de  la  Iglesia, por lo que es necesario que  líderes y pastores  cuiden  de  ello,  con  respeto,  fidelidad,  amor,  y buenas palabras. Pidió  además  fortalecer  el  ayuno  y  la oración,  como  la  clave  para  llevar adelante  cada  batalla  y  obtener  el triunfo.
El  fundador  de  estos  encuentros, desde hace 27 años, el obispo David López, instó a celebrar un nuevo año de vida del  Director internacional de la Iglesia, que junto a su esposa, honraron  con  su  presencia  las  jornadas de trabajo de esta reunión.
La  Convención  de  Pastores  2013, terminó  con  un  sabor  alentador  por haber  incorporado    doscientas    personas  a  la  Iglesia  durante  el  pasado año y los nuevos propósitos de continuar    añadiendo  almas  para  este. La unción  y  capacitación  serán  siempre necesarias  para  decir: “Heme  aquí, envíame a mí”.
C u r i o s i d a d e s: 
¡Aparejad el camino del Señor...!
Sin dudas el desarrollo de  los caminos y carreteras contribuyó a  la predicación del Evangelio. Fueron los persas los primeros en desarrollar un buen sistema de carreteras, porque sin ello no podían mantener las comunicaciones y el gobierno a través de su imperio. Pero los romanos fueron los más destacados constructores  de  carreteras: “todos  los  caminos  llevan  a  Roma".  Las  carreteras  romanas eran rectas y aniveladas, y se hacían de cuatro capas de material.
Los  romanos pusieron  piedras miliares  a  lo  largo  de  las  carreteras  (1.478 m,  4.850  pies  por milla romana). Estas piedras daban una indicación de la distancia, y también servían para otro propósito: La ley romana establecía que un soldado podía obligar a un paisano a llevar su carga de una picara miliar a la siguiente. Jesús tenía esto en mente cuando dijo que si alguien nos obliga a ir con él por una milla deberíamos estar dispuestos a ir otra (Mt. 5:41).